SEUEPEPMYELNB

[CAPITULO 33]

Estaba arrojando magia por todo el lugar. En este punto, los investigadores tenían que saber qué tipo de habilidad despertaría.

Especialmente porque el aire es tan caliente.

"Ugh... Ashe- lia..."

Balbuceando y tartamudeando, Kalisten me reconoció. Dijo mi nombre como si me hubiera estado imaginando y ahora se sorprendió de que realmente estuviera aquí.

"Irse."

"¿Por qué?"

"Irse... ."

Se arrastraba por el suelo, tratando de alejarse de mí. Hacía mucho calor en la habitación. Las marcas de agujas en su brazo eran claras, y su garganta estaba húmeda y brillante por lo mucho que había llorado.

"¡Ir!"

Cuando me acerqué a él lo suficiente como para alcanzar sus pies, de él emanaba aire caliente, no solo tibio.

"Kal".

Se estaba alejando de mí como si tuviera miedo.

Estaba claro que su magia fluía sin control. Si hubiera sido capaz de controlarlo, no se habría enfadado tanto.

Kalisten era una persona muy vigilante.

Aún así, ha sido muy dulce conmigo últimamente.

¿No te calmaría si vieras al familiar yo a tu lado? Además, se reconoció que me veía débil.

Además, Alexis Rainier había mencionado que si me tocaba, lo calmaría. Si es así, ¿quizás es por eso que Kalisten me parece tan vulnerable?

Me mordió el dedo, que me había lastimado la última vez.

La sangre corrió por sus labios.

"Ugh... m-vete de mí... vete..."

Su estado es mucho peor. Sus habituales ojos rojos ahora brillan intensamente como si estuviera usando sus habilidades psíquicas. Pero estaba claro que no estaba completamente despierto. Si hubiera despertado, sus poderes no se habrían disparado tan arbitrariamente.

"Kal".

"Eh... .!"

Después de que dije su nombre, Kalisten me apartó como si estuviera recuperando el sentido. Así que me senté cerca de él y tomé su mano.

"Esta bien."

"Ah..."

De hecho, parece calmarse con solo mi toque. Su respiración temblorosa pronto se volvió más uniforme.

Acaricié su rostro inmóvil. ¿Se desmayó? Me detuve.

"Kal".

"...."

"¿Estas bien?"

No respondió, solo escuché un murmullo por lo bajo.

Con su cabeza desmayada apoyada en mi pierna, apoyé la espalda contra la pared. Luego cerré los ojos por un rato porque de todos modos tendré que descansar en esta habitación hoy.

"...."

Luego se despertó con mi dedo picazón.

Cuando abrí los ojos, me desperté al ver a Kalisten chupando y lamiendo mi dedo índice. Fue tan impactante que pensé que era un sueño, pero no era un sueño.

"¿Kal...?"

No estaba consciente y no respondía cuando lo llamé. Lamiendo mis dedos, lamiendo la sangre, luego chupó mi dedo en su boca ruidosamente.

"Oh... !"

Luego mordió mi mano sangrante con sus colmillos. Mi mano estaba febril. Sorber y lamer la sangre nueva en mi dedo.

"Ay..."

Tenía miedo. Sabía que no podía morir por el sangrado de mi dedo, pero tenía miedo de que estuviera loco.

"Ah..."

Entonces, Kalisten, que parecía haber vuelto en sí, se levantó abruptamente.

"¿Qué demonios eres?"

"¿Estas despierto ahora?"

No creo que estuviera completamente despierto. Sus párpados parecían demasiado pesados, como si estuviera a punto de quedarse dormido.

"Tú... qué estás..."

Acerqué la manta cuidadosamente doblada a la pared. Luego lo dejé en el suelo y le hice señas.

"Ven aquí."

"¿Por qué estás aquí?"

"Estuve aquí ayer también".

"...."

"Vamos, ven aquí".

Palmeé el espacio en la manta. En cambio, se negó a moverse y me miró con ojos cautelosos. Ciertamente no parecía recordar ayer. Más bien, fue notable que se despertara hoy.

"¿Quién te trajo aquí?"

"Dije que quería venir".

"¿Por qué?"

"Escuché que estás enfermo, así que quería ayudarte".

Al escuchar eso, dejó de mirar. El dedo índice que había mordido le dolía con un dolor pulsante. Ahora que lo pienso, sentí que mi mano estaba febril por el calor que emanaba de él.

"¿Qué le pasó a tu mano?"

"Lo mordiste".

"... Eso no."

No estaba hablando de mi dedo. Me dolía un poco el dorso de la mano, pero no quería mostrarlo.

"¿Vas a quedarte ahí todo el día?"

"...."

Tenía un aire algo de disculpa hacia mí. Tomó agua de una botella de agua potable cercana y la humedeció con un paño. Como el largo de las ataduras que colgaban de su cuello no era muy largo, tuvo que mojarlo con el cuello estirado.

Después de empapar el paño en agua, se acercó a mí y me tapó la mano.

"Lo siento."