It's mine ᴮⁱˡˡʸ ᴸᵒᵒᵐⁱˢ ⁻ ˢᵗᵘ ᴹᵃᶜʰᵉʳ / ᴳʰᵒˢᵗᶠᵃᶜᵉ

1. Un lugar seguro para vivir

Su cuerpo se movía a la son de la música, aunque no hacía ese mismo baile que otros en la fiesta, pero era de esperarse de que bailarán de esa forma cuando Get Down (You’re the One for Me) de la banda juvenil Backstreet Boys, más que nada las chicas, ciertamente le causaba gracia verlas bailar de esa forma, él se mantenía alejado, bailando solo en una esquina mientras tomaba algo de cerveza, ajeno al resto. Pero para ser sinceros, él solo se encontraba allí por la comida y la bebida, ¿Cuántas veces conseguís comida gratis? No muchas, así que debía aprovechar y comer, ya que el anfitrión de la fiesta era el que pagaba.

En un momento choco con alguien en su trayecto hacia la mesa de bocadillos, pero tan solo se disculpo, aún así el otro sujeto no lo escucho, la música estaba muy fuerte y ni siquiera podía escuchar sus propios pensamientos.

Aprovecho que nadie estaba cerca y se guardo gran parte de la comida en su mochila, ya que la mayoría de lo que allí había eran paquetes de papas fritas, galletas y demás, no se vería sospechoso, aunque tal vez que se llevará una de las cajas de pizza si que se vio bastante sospechoso, aún así nadie le dijo nada, igual, ¿Que le iban a decir? Nada, no había razón por la que ellos se metieran en sus asuntos, él no los conocía ni ellos a él, así de simple era la cosa.

La casa en donde se hizo la fiesta se encontraba literalmente en medio de la nada y la persona con la que se vino estaba borracho a no más poder, y ni loco iba y le decía que lo llevé hasta su casa, porque si lo hacía era probable que sufran algún accidente automovilístico a causa del alcohol. Así que, aprovechando de que había un tipo inconsciente en el patio, se acercó sigiloso y le saco la llave del bolsillo, no crean que caminaría solo en la oscuridad en donde no hay nadie y le pueden robar hasta los calzones, así que tomando prestado la camioneta de aquel sujeto.

Nomas encendió la camioneta sintió como alguien golpeaba la ventanilla del vehículo, al bajarla pudo ver a una chica de cabello castaño, bastante atractiva a decir verdad, y ciertamente había algo familiar en ella.

—Disculpa que te moleste, ¿Pero podrías llevarme hasta mí casa? —pide algo incómoda.

—Dejame adivinar, el que te trajo no podrá llevarte, ¿No? —dice, digamos que eso era algo recurrente en las fiestas—Me paso igual.

— ¿No es tu camioneta? —dice sorprendida.

— ¿Me ves con cara de los qje le gusta manejar camionetas de este tamaño? —pregunta de regreso, a lo que ella niega—Soy más de motocicletas... Bueno, ya sube antes de que me arrepienta.

—En serio muchas gracias.

Ella parecía ser alguien amable y bastante confiada, no paso mucho para que le cayera bien, durante su viaje hasta la civilización, hablaron de bastantes cosas, para conocerse mejor, y es que eso era mejor a que permanecer en ese incómodo silencio—Y cuéntame, ¿Quien es el idiota que se emborracho y no te puedo llevar a casa? —inquiere, no mentiría, era curioso por naturaleza—Claro, si no te molesta que pregunte.

—Es mí novio, él y su amigo participaron en un juego de quién bebe más, y digamos que él perdió, ahora se encuentra inconsciente en una de las habitaciones de esa casa—se quejaba la castaña, y él río internamente la recordar aquello, había sido testigo de ese juego, en el que también participo su conductor asignado—. En ocasiones es un idiota, pero aún así lo quiero demasiado.

—Ten esto en cuenta—comenta—, y ve que te lo digo yo como hombre... Y es que es posible que lo idiota no se le vaya, a menos de que encuentre a la chica ideal.

— ¿Y yo no lo soy? —dice indignada.

—Quien sabe, pero si lo eres posiblemente vaya a cambiar a futuro—explica, tranquilizando a la joven que ya se hacía ideas erróneas—oye, ahora que lo pienso no se ni siquiera tu nombre y ando haciendo de tu psicólogo.