Un día bastante tranquilo rozando lo aburrido.
Como si hubiera sido un clic a algo en la mente del arrendador, se levantó casi de inmediato para verificar una habitación que hacía mucho no veía. No sentía una razón justificada, simple intuición a quien seguiría hasta el segundo piso del edificio.
De todas formas no había mucho que hacer.Llegando al destino vio todo en su lugar, aunque no sabía el por qué tenía que revisar sobre la pequeña abertura que había entre las cortinas. Tenía tres departamentos disponibles los cuales uno de ellos era ese, sin embargo, quería confirmar algo. Al ver por la orilla notó sillas movidas, latas y alguno que otro vaso o plato tirado.
Algo en su mente gritó «¡lo sabía!»
Después de abrir la puerta que aún mantenía el seguro, encontró un departamento ocupado. Extrañado se metió de adentró para ver quien había sido aquel individuo que ingresó sin aviso, ninguna cosa tenía polvo encima e incluso la comida exparcida seguía en buen estado.
Habia basura, alguien vivía en ese lugar por suficiente tiempo, ¿cómo era posible que él jamás lo detectara? No tenía mucho tiempo para pensar los sucesos, estaba enfadado por la situación actual.
Busco al individuo que se había colado en su departamento, apretando los dientes; llegando a la habitación, ahogó un grito, dando traspiés hacia atrás.—¿¡Pero que mierda!? —A pesar de no haber hedor, el hombre sintió arcadas.
Yacía un cadáver irreconocible entre las cobijas de la cama, la cual era un total desastre con almohadas tiradas e incluso la sabana parecía estar desgarrada, arraigada a las alargadas extremidades deformes que simulaban ser dedos. Aquello era casi tan blanco como las paredes del departamento, la piel estaba seca y estirada, de una textura rasposa; lo que fuera que había ahí, donde estaría su rostro, parecía estar borrado, las facciones ahora fusionadas en una expresión dolorosa de terror. Los ojos parecían haber sido comidos por la misma piel que se agrietaba a todo su cuerpo; nariz y boca mezclados dando la apariencia de estar derretidos dejando en el olvido a la mandíbula, con hebras largas sobresaliendo de su cráneo, enredadas por su cuerpo. Parecía estar sin ropa.
El arrendador tosió llevando su mano a la boca. De un valor sobrehumano acompañado de la morbida curiosidad, tomó la cobija que cubría al cuerpo inerte, la lanzó un poco para descubrir la forma humana sin alguna pizca de su sexo, algunos huesos parecían sobresalir y otros ocultarse en múltiples capas de carne acumulada quebrada.
No pudo más y se largó de la habitación, ya no le importaba saber quien era aquello postrado en la cama, ¿siquiera fue alguien?
Verificó cada habitación que disponía el lugar, con clara desesperación buscaba algo entre el montón de tela desgarrada, había mezclilla, lana, tal vez ropa de cuero, solamente pedazos de estas mismas prendas.
Se adentró a la habitación y de inmediato busco alguna identificación o algo que lo ayudara a encontrar al responsable de aquello, se demoró bastante para obtener nada más allá que zapatos, tenis, tacones, botas de trabajo y utensilios cotidianos. Frustrado salió del departamento tomando su cabeza, pensando en las consecuencias de todo esto. Buscando alguna respuesta, entró por tercera vez a la habitación para solamente ver el inerte cuerpo humanoide, verlo por más de tres segundos causó que jadeara con algún dolor en el pecho, sintió miedo y soledad.
No pudo despegar la vista hasta que la piel blanquecina empezó a desintegrarse, progresivamente hasta desparecer, sin dejar rastro más allá que productos que no contaban nada de lo que vivió ahí.
Dando media vuelta se fue, sin antes volver a investigar dos veces más alguna pizca de información, ni una maldita pista, cerró la puerta con un mal sabor de boca pasando la mano por su cabello pensando en que hacer; sin más opciones marcó a viejos conocidos, aquellos que con solo un par más de billetes limpiarían todo sin preguntar nada más.
De todas formas él no había hecho nada malo, no había rastros de un violento crimen ¿y quién diablos le creería de haber visto eso en la cama?Sin respuestas, miró por última vez aquel departamento, dándole la espalda para dejar de sentir aquel sentimiento tan desolado... Tan solo, tan vacío de vida.
_“Lo bueno de las fantasías es que no existen, lo malo es que perderás tu existencia, tratando de vivirlas.”_
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Sueños Corruptos
Historia CortaNadie puede negar que las fantasías son tan grandes y especiales, lo que las vuelve algo maravilloso es el hecho de que NO son reales; jamás deberían serlo. La curiosidad y el deseo de más te llevarán hasta el egoísmo, pero rezaras despertar. Desear...