Capítulo 18

291 33 4
                                    

<< La final de Rugby se acerca y Amity tiene que invitar a algunos familiares >>


Los siguientes días habían transcurrido lentamente para el gusto de Amity, su herida había sanado rápido, pero le costó dos días de intenso entrenamiento con las Banshees y un regaño de una estresada Boscha.

En el fondo Amity se alegró de perderse ese par de días, era una brutalidad el nivel de entrenamiento físico que la capitana estaba aplicando al equipo.

A pesar de su condición, estuvo presente en los entrenamientos para entender las nuevas jugadas sugeridas por Skara en la planificación de estrategias contra Glandus.


Amity no conocía de primera mano al equipo, pero ver algunos videos de los partidos ganados por Glandus le hizo reconocer que Boscha no estaba exagerando con su riguroso plan de entrenamientos.


Cuando al fin se pudo poner a entrenar con las Banshees, Amity abandonó prácticamente sus demás obligaciones.

Había dejado temporalmente su puesto de la biblioteca, pidiéndole permiso a su jefe, y apenas se podía poner al día con sus materias en la escuela.

Sin embargo, sabía que, si querían salir victoriosas en la final, debían entrenar con todas sus ganas.


Respecto a Luz nada más había ocurrido, sus sentimientos por la morena a veces afloraban sin que ella se diera cuenta, pero al parecer Willow ya lo notaba si algo representaban las miradas mordaces que a veces le dirigía a la peliverde.

Por otro lado, Willow ya había entablado una relación más cercana con Hunter, Gus le había comentado a Amity que, con algo de suerte, esos dos tendrían una cita muy pronto.

Se alegraba mucho por su amiga, aunque ella aun no pudiera solucionar su propio rompecabezas sentimental.



A una semana de la final de rugby, Boscha se dirigió a Amity para preguntar la cantidad de boletos que le debía apartar para ese día.


La Blight lo consideró profundamente, era obvio que necesitaba, de entrada, el de su Abue.

Pero luego pensó en sus padres, quienes al acercarse el final de año estaban más ocupados que nunca, seguramente no podrían asistir al evento. Aunque tampoco sería una gran pérdida, a su madre en un principio le desagradó la idea de que Amity se uniera a las Banshees.

Entonces finalizó contando con su Abue y con los gemelos, quienes no desperdiciarían la oportunidad de escapar un fin de semana de la universidad.


Les comentó sobre ello en una video llamada, una de tantas noches en que Amity debía trasnochar para completar sus tareas.


Amity distinguió las ahora rubias cabezas de sus hermanos mayores.

—¿Se destiñeron? — preguntó ella cuando comenzó la llamada.

—Hola para ti también Mittens— replicó Edric divertido.

—Te hemos extrañado mucho, hermanita— siguió el juego Emira.

Amity por un momento les dio una mirada cansada a sus hermanos —yo también los extraño— suspiro rindiéndose —y hola también—.


Aprendiendo a ser [Lumity]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora