01. Amargo Dolor

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Haruchiyo jamás entendió a su hermano mayor, su indiferencia era evidente, desde aquel día donde Manjiro Sano rajo su boca por una estúpida mentira supo que Takeomi no tenía ningún tipo de aprecio hacia él

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Haruchiyo jamás entendió a su hermano mayor, su indiferencia era evidente, desde aquel día donde Manjiro Sano rajo su boca por una estúpida mentira supo que Takeomi no tenía ningún tipo de aprecio hacia él. Porque lejos de preocuparse solo dijo "Mikey dijo que no toques su juguete" no hubo un abrazo o palabras de ánimo, mucho menos fue curado por su hermano. Aún así lo quería, porque era su hermano mayor y la única persona que tenía en el mundo, es por ello que decidió actuar como si aquellas marcas no fueran importantes.

—¿Dónde estabas? Senju estuvo preguntando por ti, sabes que odia cuando llegas oliendo a tabaco, date un baño antes de verla.

Haruchiyo siempre esperaba a que su hermano llegara, no importaba si eran las tres de la mañana, él siempre esperaba.

—Estuve algo ocupado— se defendió el mayor, siempre se le hizo curioso como Haruchiyo parecía ser el adulto de la casa, el menor apenas había cumplido 10 años y aún así se encargaba de varias cosas del hogar, tenía buenas notas y desde hace tiempo había dejado de meterse en problemas.

Aun así, Takeomi no podía sentir nada por ese ser, porque en el rostro de la mujer que lo abandonó estaba plasmado en el menor.

El Akashi mayor aún recordaba con rabia cuando volvió a ver a su madre, "¿Por qué no aceptas que cambie? Soy una buena madre, soy cariñosa y amo a mis hijos". Vaya mierda, él también era su hijo y solo podía recordar cómo la mujer se drogaba enfrente  suyo y apostaba el poco dinero que había en casa.

Su odio hacia la mujer era tan grande que pasó a Haruchiyo, solo por ser una copia de ella.

"Yo quería una mamá así, quería una madre que me hiciera bocadillos en la tarde, ¿Por qué tú puedes tener esa madre?". Quizás no fue la mejor forma de reclamarle a un niño de 5 años que recién perdía a su única familia mientras cargaba a una pequeña bebé, pero el odio era demasiado grande, tan abrumador que no lo dejaba pensar con claridad, simplemente no podía aceptar que la mujer quien lo golpeaba y humillaba había cambiado para criar con amor.

—Mañana hay una excursión en la primaria de Senju, le hice algo de comer, solo necesita que firmes el papel. Le prometí ir por ella en cuanto acaben mis clases, así que no debes preocuparte por eso.

Takeomi solo se quedó en silencio, observando a su hermano comer una bolsa de papas fritas.

—Tengo un amigo que quiere hablar contigo, lo traere aqui asi que sé un buen chico y no causen tantos problemas— las palabras de Takeomi se sentían extrañas, sin algún tipo de sentimiento o remordimiento.

Ni siquiera dejó que Haruchiyo respondiera, simplemente se alejó de la sala y segundos después entraron unos hombres con una macabra sonrisa en sus labios.

—Te dije que era muy lindo, realmente es una muñequita.

Unos ojos rojos lo miraban de manera extraña, había visto antes al tipo en una de las reuniones que organizaba Takeomi en casa pero jamás cruzó palabras con él.

—¿Qué?— fue lo único que pudo preguntar.

Los ojos rojos lo observaron cada segundo que su tortura fue ejecutada, no tenía dormía de escapar de su cruel destino y oír las voces de los hombres riéndose y burlándose de la situación solo lo hacían sentir más asqueado, pedir ayudar a su hermano no servía de nada.

Ya no había salvación.

Ya no había salvación

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Corregido 11/08/2024

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