02. Lugar seguro

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Es horrible decir que estás acostumbrado al dolor, pero Haruchiyo lo estaba

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Es horrible decir que estás acostumbrado al dolor, pero Haruchiyo lo estaba.

Hiro lo besaba de manera brusca mientras tocaba con descaro su delgado cuerpo, penetraba sin cuidado al menor mientras Haruchiyo solo soltaba pequeñas quejas a causa del dolor.

Y como siempre, Takeomi fingía que nada pasaba.

—Haru es tan lindo, te quiero solo para mí— habló el adulto, dejando salir un gemido indicando que había terminado, la sensación viscosa que invadía su parte privada era muy molesta.

El mayor salió del interior de Haruchiyo, ni siquiera se molestó en mirarlo, se limpió con una toallas húmedas y se puso de nuevo su ropa. Por su parte, el menor, solo seguía ahí acostado, mirando el techo sintiendo su cuerpo entumecido, giró ligeramente su rostro para observar el reloj de pared.

2:21 am

La lluvia caía afuera como un leve aguacero, Takeomi ni siquiera le dirigió la palabra y usar su propia ropa era extraño, Haruchiyo salió de su "hogar" sin suéter y sin bañarse, camino por la acera mirando el piso. Su mente divagaba, se sentía perdido en un océano que lentamente lo sofocaba cada vez más, la amenaza de que Senju podría ser la siguiente lo atormentaba pero al mismo tiempo deseaba descansar.

¿Era malo? Realmente no quería que su pequeña hermana sufriera pero cada día sentía más asco de su propio cuerpo, el odio a Takeomi y Hiro iba en aumento, simplemente no entendía la razón por la cual su hermano mayor le hacía hacer cosas tan desagradables.

—¿Haruchiyo?— la voz de Muto lo hizo levantar la mirada, el mayor tenía un traje elegante color rojo y un paraguas.

Quizás así lo quiso el destinó.

—Muto-san…

—¿Qué haces tan tarde? Te puedes enfermar— el mayor extendió su paraguas, tapando por completo al menor sin importar que su elegante traje se estropeara —¿Vives por aquí? Te acompañaré a casa, es muy noche.

—Yo…no

Yasuhiro arqueo su ceja confundido, ¿Acaso Haruchiyo no tenía una casa? Eso era raro, un suspiro salió de sus labios y no dudó en tomar la delgada muñeca del más bajo.

—Mi departamento está cerca, te darás un baño, usaras algo caliente y llamaremos a Mikey para que te ayude, ¿Está bien?

Haruchiyo se quedó en silencio, simplemente siguió al mayor sin decir ni una sola palabra. El camino fue tranquilo, Muto no hizo preguntas y solo se limitó a cubrir a Haruchiyo de la lluvia.

Los ojos turquesas quedaron asombrados al ver el apartamento, estaba limpio y silencioso, y la tenue luz de luna que entraba por la cortina iluminaba sutilmente algunas esquinas del lugar.

—Puedes darte un baño, te llevaré ropa y haré algo de té, ¿Te gusta dulce o amargo?

—Dulce— contestó el menor casi en un susurro, Muto solo asintió y dejó a Haruchiyo explorar el lugar. En la mesa de estar había un tabla de Shoji, aquel juego de mesa que Haruchiyo jamás había entendido en su vida, la decoración era linda y el lugar parecía bastante limpio.

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