Capitulo 4

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Heng al llegar a casa esa noche, la noche de la barbacoa me preguntó porque había cambiado de opinión, porque había querido quedar de nuevo con Non y con Rebecca horas antes de ir allí tan claro le había dejado qué sería la última, la última "cita" con sus compañeros a los cuales tal y cómo también se encargó de recordarme dije textualmente que "me aborrecían"
¿Qué responder a eso?

Pues no me acuerdo bien que respondí, ha pasado bastante tiempo la verdad pero soy una mujer así que probablemente le engatusaría con cualquier pretexto…sino me acuerdo es porque no me resultaría muy difícil, eso está claro.

El caso es que esperé pacientemente a que esa semana transcurriera. No voy a deciros que estaba ansiosa o nerviosa por esa cena o que se me hizo eterna la semana pero debo admitir que al ir acercándose ese domingo diez de Setiembre sí que mi mente se vio invadida poco a poco por pensamientos o imágenes de aquella menuda y fascinante Rebecca Kanpiang. Tenía ganas de verla, de estar con ella, de saber de ella, no sé cómo explicarlo supongo que tenía el presentimiento de que íbamos a ser grandes amigas y estaba ilusionada por ello.

Ahora viéndolo desde la lejanía creo que me auto engañaba a mí misma, pues creo que sencillamente Rebecca empezaba a gustarme. Así de simple.

Me he puesto un vestido de verano, sencillo y cómodo no he querido arreglarme más de la cuenta ni potenciarme, porque soy consciente que puedo potenciarme mucho más, no es prepotencia pero no quiero tampoco pecar de modesta, sé que puedo y no lo hago. Elijo esa vestimenta porque es una cena, una cena con una nueva pareja de amigos para ver un partido de fútbol americano y tampoco me parece apropiado ir vestida como si fuera a recoger un Oscar a la mejor actriz revelación…y digo actriz de manera muy consciente porque en eso me convertiría en un futuro…en una jodida actriz delante de mi marido.

-Está delicioso Rebecca –Le digo nada más probar el primer bocado.

-Gracias! Pero no es para tanto… –Responde acompañada de una bellísima sonrisa de las suyas.

-¿No es para tanto? Repito: Está buenísimo Rebecca –Insisto en ello porque tengo la necesidad de… ¿Piropearla?

Los cuatros estamos ya cenando y Rebecca nos ha preparado un surtido de platos totalmente vegetarianos, una degustación de todo un poco. Yo estoy sentada al lado de Heng y enfrente están ellos dos. Antes de cenar nos han enseñado su casa que tengo que deciros que es grande y muy acogedora además tienen un pequeño jardín trasero con una especie de balancín para sentarse en las noches de verano me informa la morena con entusiasmo.

Toda la cena va regada con una excelente botella de vino blanco que hemos llevado Heng y yo. Los chicos se tiran buena parte de la velada hablando de trabajo. Rajan a más no poder de su jefa, que por lo visto es una sátira sin sentimientos. He de deciros un detalle que no les he comentado antes y es que Non tiene un cargo un poco más superior que Heng. No es su jefe directo pero si una especie de supervisor pero lo cierto es que se llevan perfectamente, han congeniado de puta madre lo mismo que yo con su mujer.

No puedo dejar de mirarla a los ojos mientras ellos dos siguen rajando de la sátira. Durante la cena ella y yo sólo hemos cruzado cuatro palabras tontas sobre el tiempo que hace y las magníficas propiedades nutritivas que tienen las alcachofas y la remolacha pero yo estoy deseando que el partido comience de una maldita vez y así poder quedarme a solas con ella. Por un momento este pensamiento me descoloca interiormente "!Coño Freen! ¿Qué diablos piensas? Pero es así…Quiero que el partido comience! Quiero ser la total atención de Rebecca!

Deseo cumplido. Ellos dos delante la televisión atentos cómo si de dos críos viendo el Rey León se tratara, sin perder detalle alguno parece que se van a tragar la pantalla. Ella y yo en la cocina, la he ayudado a recoger un poco pero no ha querido fregar los platos pues argumenta que soy su invitada y que nos vamos a tomar una copa al jardín de inmediato y a charlar cosas de chicas.

Guardare mi libertad-FreenbeckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora