•°•☘︎ ɪғ ᴏɴʟʏ ☘︎•°•
Mérida Greenwich busca huir de sus obligaciones como princesa, lo que hace que termine en el bosque de Jericó siendo perseguida por guardias, pero siendo guiada por la naturaleza hasta una academia nombrada como Nevermore co...
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Balanceó sus pies viendo a Xavier soltar la cuerda del arco, el chico hizo una mueca cuando la flecha quedó muy lejos del punto rojo.
Mérida soltó una risa, bajó del muro y caminó hasta a su amigo.
—¿Me das permiso?
Xavier la miró confundido.
—Para lanzar.
El pelilargo le pasó su arco, había más, pero ya estaba cansado de no darle a nada que no fuera al aire o a las orillas de la diana. Se sentó en el muro en el que Mer estaba antes y la observó quitarse el saco del uniforme.
Mérida lo dobló y lo dejó en el suelo lleno de pasto. Tomó una flecha y miró el centro de la diana, se preparó, y exhalando, soltó la flecha.
Miró con superioridad a su amigo.
Este rodó los ojos sintiéndose humillado.
—Sigue siendo mejor que yo en la pintura y el dibujo —murmuró la castaña soltando el arco.
—Sí, tus vacas siguen pareciendo un perro.
—Ja, ja.
—¿Quién te enseñó?
—Mi madre, algunas veces mi abuela me daba algunos consejos.
Xavier asintió con la cabeza alegre de recibir información de la chica, era muy poco lo que sabía de Mérida, y luego de lo contado en la cabaña, pensó que ella ya no querría soltar más información de si misma.
Siempre se mostraba reservada y a la defensiva cuando alguien le preguntaba sobre su vida antes de Nevermore.
Pero eso no aplicaba para Xavier, para él esa información se brindaba sin problemas y con una sonrisa tímida e insegura adornando los labios del hada.
O al menos eso quería creer, porque Mer aún no le decía su nombre completo.
—¿Y... tú y tu madre son unidas?
Mérida volvió a tomar el arco y una flecha.
Negó con la cabeza.
—No. Eran más las peleas por mi falta de responsabilidad y valentía que las risas —la castaña bajó la mirada.
Sí, le dolía, pero no era culpa suya, así que simplemente ignoraba a su madre y su relación tensa.
Xavier mordió su labio.
—Mi padre siempre me dice lo inútil que soy por no manejar mis poderes.
—¿Y se siente así? —soltó la flecha viendo cómo iba directo al punto rojo.
Xavier pasó una mano por su cabello.
—A veces.
Mérida lamió sus labios con duda sobre decirlo o no.
