•°•☘︎ ɪғ ᴏɴʟʏ ☘︎•°•
Mérida Greenwich busca huir de sus obligaciones como princesa, lo que hace que termine en el bosque de Jericó siendo perseguida por guardias, pero siendo guiada por la naturaleza hasta una academia nombrada como Nevermore co...
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Era demasiada la diferencia entre Persi y Mer. Mientras que una era de piel blanca como papel, la otra estaba un poco más bronceada.
Una con el pelo crespo, la otra solo con ondas que parecían hechas en peluquería. Perséfone sonriendo con intenciones ocultas, Mérida mostrando sus intenciones con solo una mirada.
Mérida quería creer que era mentira, no soportaba a la idea de que aquella chica fuera Persi.
Pero no negaría que se parecía a su hermana en todos los aspectos, lo que le provocaba enojo. Gruñó escuchando a la que decía ser su hermana, opinar del clima bipolar en Jericó.
—¡Merlina! —gritó la chica viendo a la pelinegra.
La chica frunció el ceño notando a la desconocida al lado de Mérida.
—¿Qué quieres?
—¿Estás bien?
—Descubrí que el monstruo se convierte en un humano —murmuró fascinada—. Es un avance.
—Si... —respondió mirando el violonchelo de Merlina— solo falta interrogar a las doscientas personas aquí.
Merlina alzó una ceja notando la irritación en la voz del hada. Solo entonces, miró a la desconocida de pies a cabeza y volvió a mirar a Mérida.
—¿Quién es ella?
—Ella es...
—Perséfone Greenwich, un gusto.
Mérida boqueó sorprendida, esto no era posible. Literalmente ella acababa de discutir con Xavier por no decir su nombre completo, ¿Y su hermana lo soltaba así?
¿Acaso ella era demasiado cuidadosa?
Lamió sus labios.
—¿En serio?
—¿Qué? La pelinegra es linda, muy linda.
La castaña clara acomodó uno de sus rizos.
—Merlina.
Mérida agrandó los ojos, ¿Merlina se presentó sola?
Miró a las dos chicas frente a ella, esto... no... ¿Cierto?
—Se supone que debo ir al escenario —comentó Merlina mirando a las hermanas—. Hasta luego.
Se fue dejándolas a ambas, Mérida empezó a buscar un espacio, cuando vio a Ajax fue directa a él, pero luego se encontró con la mirada decepcionada de Xavier.
Tragó saliva parando su andar, tenía que explicarle, pero definitivamente no ahora.
Perséfone miró la duda y el miedo de su hermana.
—No parece un mal chico. Deberías decirle tu nombre.
—Debería decirle la verdad —murmuró con enojo tomando asiento lejos de sus amigos.
