ㅡ¿Por qué me lo estás diciendo?, ¿Por qué no simplemente lo callaste y así nadie tendría que sentirse mal?.
Las cartas estaban puestas sobre la mesa desde hace mucho tiempo, Daewoo mentiría si no dijera que ya lo sospechaba, pero no quería dejar ír a Iris. Gracias a ella podía ver toda clase de mejoras dentro de la vida privada como laboral.
No quería dejar ír a un creador potencial...
ㅡUsted no merece eso, me abrió las puertas de su casa y sólo me puso una condición.
ㅡ¿Quién y cuándo?.
ㅡHyunjin, un mes...
ㅡDios míoㅡIris se acercó un poco, tratando de dar calma pese a que ella era lo que ponía a Daewoo de nervios.
ㅡPor favor, perdóneme. Espero que algún día pueda hacerlo.
ㅡTu...
ㅡYo me iré cuanto antes, por favor acepté mis creaciones cómo manera de disculpa, no es suficiente y sé que nunca lo será. Pero es lo mínimo.
Ningúna sabía que más decir, una docena de diálogos dijeron todo en minutos. Iris se iba por el nivel de culpa que sentía y por el retraso inevitable de su carrera, probaría suerte en otro lado.
Un lado dónde nadie perturbe su paz y la usé a manera de consuelo.
ㅡLárgate hoy mismo, no quiero verte nunca más.
La voz fue firme mientras pudo, Daewoo estaba molesta de todas las historias repetitivas en las que la persona en la que más confiaba hacía lo mismo una y otra vez. Le sorprendió que al menos Iris tuviera las agallas de confesarle algo cómo eso, esa era la prueba de que no era una persona cómo cualquier otra.
Iris era una persona extraordinaria y nunca lo podría negar...
ㅡCon permiso.
Salió de ahí con el corazón a punto de salir de su pecho, las manos sudaban demasiado y su respiración se atascó por el nudo de su garganta. Iris salió aún más decepcionada que nunca, se sentía un monstruo, lloraba lentamente y en silencio. Pasó frente a la puerta con código del taller, cerrada hastá nuevo aviso, ahí quedaron atrapados todos sus sueños y anhelos más profundos.
Le dijo el mismo corto adiós a DRacha que a StrayInSoul, el mismo a Daewoo que a Chaesu y el mismo que se dijo a ella misma la noche que dejó todo a un lado por querer afrontar problemas que no le pertenecían.
Porqué así es como acaban las personas que creen que pueden ayudar a los demás...
Ja.
Vió el retrato familiar en el pasillo, nunca se movía de lugar, pero podría jurar que la única cara que podía distinguir era la de Lee Yongbok. Todos tan oscurecidos cómo una prueba figurada de que la misma casa puede sentir cuando sus dueños dejan malas vibras por las tristezas y los corajes. El eco que había desaparecido volvió a ser tan vago cómo al inicio, todo arruinado por la misma luz que había jurado y perjurado no oscurecer más sus vidas.
Iris dió una sonrisa torcida y una rápida reverencia a la ama de llaves y de cocina, agradeció en silencio por haberla acogido cálidamente, sus lágrimas nunca cesaron. Dejó caer libremente las gotas en el suelo de mármol, eso y sus creaciones serían lo último que dejaría de ella ahí...
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