Iris seguía en un debate mental, las elecciones del mañana eran las más difíciles que de a largo plazo, marcaban las mismas si lo pensabamos detenidamente. Quiso llorar con impotencia, había pasado algo de tiempo desde la última vez que se sintió tan preocupada por una cuestión que no fuera su trabajo y su comida, eligió entre la falda que había hecho hace un par de meses y el simple pantalón negro entre mezclilla y dril. Suspiró recordando acerca de su propia estúpidez.
Iris ya no sabía lo que estaba haciendo, no estaba segura de nada y ni siquiera tenía imaginación para tratar con nada ni nadie...
ㅡTe encontré.
ㅡ¿Lo conozco?.
ㅡEstoy interesado en su trabajo de diseño.
ㅡ¡Por supuesto!. Byun Iris a sus servicios, ¿Con quién tengo el gusto?.
ㅡLee Minho...
Fue así como dieron con ella de nuevo, quizás no fue tan genial eso de tratar de alejarse por completo de la vida del glamour, realmente Iris lo extrañaba, pero no se sentía lo suficientemente preparada para volver a cargar con ellos y Daewoo.
Daewoo la odiaba, pensó.
Aúnque quisiera volver sería muy difícil, suspiró con desdicha y al final optó por usar algo que no demostrara que en realidad estaba esperando impresionar al mayor de los Lee. Pensó en cocinarle algo para poner cómoda a la visita, pero la única opción eran mediocres panes de arroz y si bien le va quizás un té de manzanilla sin azúcar.
Oh.
Se decidió por la falda azul pastel y un suéter blanco, una combinación aburrida que contradice su buen sentido de la moda si es que hubiera seguido trabajando en la industria. Decir que estaba agotada era quedarse corta, realmente esperaba que Minho si vaya a pagar por su trabajo y no sea sólo una distracción para volverse a ver, aunque esa haya sido la promesa inicial.
¿Verdad?
Sólo se dedicaría a trabajar en los bocetos de diseño iniciales que le pidieron y se encargaría de organizar su mente y su corazón ella misma...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Siempre era tan ordenada con un aspecto visual que dejaba ver íntimamente las "comodidades" de su cuarto de rentas, exhalaba tanta preocupación y de nuevo se preguntó, si era una visita de trabajo entonces no tenía que prepararle de comer a nadie, pero luego se cuestionaba acerca de si el Lee era su amigo. Lavó sus manos y comenzó a preparar la masa de arroz que tenía guardada para lo que restaba de la semana, la muñeca doliéndole por el esfuerzo que ponía para la mezcla fría.
El frijol ya era algo preparado que compró a parte por la escasez de tiempo con la que contaba para poder cocinar, pero ahora ella tenía completamente en claro lo que quería y el porqué de sus acciones. Cada paso sería el nuevo comienzo y dejaría de dudar en darlo, ya sabía de antemano que todas las opciones que la vida le ponía en frente eran buenas oportunidades que debía aprovechar al máximo.
