Capítulo 4.

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Dominik.

Dominik: ¿Cambiaste de avión?

Alek: La última vez que nos vimos dijiste que te gustaría viajar en un avión más grande. Aquí está.

Por que Benz no sólo cumple nuestras fantasías en el sexo, sino que también cuida de mi, se preocupa por mi salud y todo lo referente a mi y me consiente en lo que le pido.

Ni Marían ni nadie sabe que me acuesto con él.

No tenemos una relación formal pero tenemos un pacto en el que se dice que no nos podemos acostar con nadie más mientras el otro no esté.

Dominik: Es precioso. *murmuró fascinada*

Alek: Siéntate, trata de dormir.

Dominik: No tengo sueño. *frunzó el ceño*

Alek: Sólo siéntate y quédate callada.

Muy dulce y todo pero a veces es irritante.

Me siento frente a él y no mucho después despegamos hacia Las Vegas. En, aproximadamente, diez minutos, no me mira ni me habla, sólo se dedica a mirar su celular con el ceño fruncido.

—Buenas tardes. ¿Les puedo ofrecer algo?

Como veo que él no tiene intenciones de contestarle a la pobre azafata, lo hago yo dirigiéndome a ella con una sonrisa.

Dominik: Una botella de champagne Chandon, por favor.

Asiente devolviendo la sonrisa y se va para poco después apareces con la botella en un balde con hielos y dos copas.

Dominik: Gracias, ¿puedes cerrar las cortinas, por favor?

—Por supuesto que sí, si necesitan algo no duden en llamarme.

Asiento, se va haciendo lo que le pido, y me sirvo mi copa disfrutando del sabor en mi paladar.

Dominik: ¿Sigues trabajando?

Alek: Sí.

Se limita a responder sólo eso y volteo los ojos discretamente.

Dominik: ¿Por qué? Llevamos meses sin vernos y cuando lo hacemos sólo trabajas.

Alek: Dominik, estoy ocupado.

Dominik: ¿Tan ocupado que no tienes tiempo para mi?

Me encanta sacarlo de sus casillas.

Alek: Tengo pendientes que no me dejaste arreglar por tu capricho de que fuera por ti.

Dominik: ¿Cómo puedo hacerte cambiar de opinión?

Alek: En silencio.

Suspiro y es donde se da cuenta de que no me voy a callar hasta que me haga caso, sonrió orgullosa cuando deja el móvil a un lado y me mira fijamente.

Dominik: Vine solamente con un vestido para ti y tú no eres capaz de aprovechar la oportunidad.

Alek: ¿No aprovechamos ya en el auto?

Dominik: Nunca hemos follado en un avión. *sonrió*

Alek: Muéstrame qué tienes.

Se acomoda en el asiento y dejó la copa en la mesa en medio de nosotros, recojo mi cabello en un moño despeinado y quito los tirantes de mis hombros.

Me bajo sólo un poco del sofá y abro las piernas dándole una vista panorámica de lo que hay debajo de lo único que llevo puesto.

Me acaricio los muslos con la yema de los dedos y subo lentamente el vestido hasta que queda fuera de mi cuerpo, una de mis manos acuna mis senos y la otra se dirige únicamente a mi entrepierna.

A Tu Lado. [JeanCarlo León]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora