Capítulo 14.

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Dominik.

Jean: Dom, espera.

Dominik: Dijiste que te encargarías de ella.

Jean: Contesto esta llamada y regreso contigo, ¿si?

No contesto pero bajo de su regazo cuando deja un pequeño beso en mi nariz, sólo se levanta y va al tocador de su habitación a responder.

Jean: ¿Ahora qué?

Alzó las cejas, sorprendida porque nunca había escuchado ese tono de voz; y aunque sólo puedo escuchar lo que dice él me acuesto boca abajo en el colchón con mi cara en dirección a él.

Jean: Ya te dije que no, estoy ocupado. ¿Ahora te interesa con quién estoy?

Si ella supiera con quién está.

Jean: Cansado estoy pero de ti, ya deja de llamarme.

Cuelga y apaga su móvil dejándolo en el tocador, se da la vuelta a mi y la expresión en su rostro se suaviza al verme entre sus sábanas oscuras y envuelta en una de ellas.

Jean: ¿Quieres comer algo? *se agacha a mi altura y toma mi mentón*

Dominik: Por favor.

Jean: Bien, espera aquí en lo que te preparo algo.

Pero es obvio que no me voy a quedar ahí, por lo que tomo su camisa cuando ya ha salido y la paso por mi torso cubriendo la desnudez de mi cuerpo.

Paso por los pasillos hasta llegar a la isla de la cocina donde me apoyo con mis codos en ella mientras lo miro cocinar.

Me quedo hipnotizada ante la vista que me ofrece, lleva únicamente un pantalón de pijama y encima de este tiene puesto un delantal completamente negro. Al no llevar camisa puesta tengo una visión perfecta de su espalda ancha, sus músculos se tensan ante los movimientos que hace.

Me acerco hasta quedar detrás de él y paso mis brazos por su espalda para terminar en su abdomen.

Dominik: ¿Qué es?

Jean: Algo muy sencillo pero que te va a gustar.

Me levanto un poco en la puntas de mis pies pero es imposible ver algo más que su piel, es más alto que yo, claramente; y eso bloquea mi vista.

Dominik: No puedo ver. *me quejo*

Me toma de una mano y me lleva a su lado, me muestra los vegetales que tiene en la sartén y toda la demás comida que hay ahí.

Se para detrás de mi y abraza mi abdomen mientras sigue volteando las cosas que se cocinan en el fuego, tiene siempre cuidado de no quemarnos.

Dominik: No sabía que cocinabas.

Jean: Es la primera vez que lo hago para alguien más que no sea mi mamá o mi hermana.

Dominik: Es un honor, entonces, señor León.

Recargo mi cabeza en su pecho, él sigue con lo que hace pero de un momento a otro me encuentro sobre su torso, mis manos y piernas se aferran con fuerza a su cuerpo. Suelto un jadeo seguido por un grito debido a la sorpresa.

A Tu Lado. [JeanCarlo León]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora