Capítulo 7.

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Dominik:

Marían: ¿Te volviste loca?

Dominik: Marían, por favor.

Marían: Eres increíble, ¿cómo se te ocurre aceptar un desayuno con alguien que acabas de conocer?

Dominik: No pensé, pero también estará un amigo suyo, lo conocí en el gimnasio. No me dejes ir sola.

Marían: Te voy a acompañar, pero sólo por esta vez. Tienes suerte de que sea mi día libre.

Festejo internamente cuando se va a su cuarto y termino de ponerme los zapatos, llamo a Samuel para que cancele los planes de la mañana y al salir mi amiga de su cueva, bajamos.

Marían: ¿Son guapos?

Dominik: Puede que sean de tu agrado.

Marían: Con eso terminas de convencerme.

Reviso la ubicación recibida y pronto llegamos, los colombianos ya están en una mesa y se levantan al ver que nos acercamos.

Dominik: Buenos días.

—Buenos días. *saludan*

Dominik: Marían, mi mejor amiga.

Marían: Mucho gusto.

Jean: El gusto es nuestro.

Libardo: Yo soy Libardo.

Le ofrece su mano a la chica, corresponde unos segundos después y nos invitan a sentarnos.

Aunque Marían y Libardo estén haciendo un tema de plática, la tensión entre Jean y yo es muy notoria pero no incómoda.

Libardo: ¿Y... Trabajas?

Marían: Soy psicóloga.

Libardo: Que interesante. Me imagino que una muy buena.

Marían: Más que buena.

Nos damos cuenta de su doble sentido y sólo sonrió cuando me mira medio apenada, medio divertida antes de continuar su conversación.

Jean: Me sorprendió verla en Las Vegas.

Habla lo suficientemente bajo como para que los otros dos no escuchen, de igual manera, me acerco para que siga escuchando sólo él.

Dominik: Marían no sabe nada ni de Aleksander ni de lo que pasó con usted, así que agradecería su discreción.

Jean: La he tenido desde que cruce la puerta del baño, y si es lo que quiere, así será. Aunque, dígame una cosa, ¿sigue estando tan segura de que nada va a volver a pasar?

Dominik: ¿Qué intenta decir? ¿Quiere que se repita?

Jean: Créame que, si usted está dispuesta, todo puede suceder.

Libardo: El cambio de look le sienta muy bien.

Vuelvo al respaldo de la silla cuando me hablan a mi.

Dominik: Gracias. *sonrió*

Marían: Lo mismo le dije yo.

Libardo: Resalta sus facciones.

Dominik: Fue lo que me animo a hacerlo.

Jean: Puede llegar a ser irreconocible.

Jean: Debo admitir que el nuevo color de cabello le favorece, pero no es suficiente para esconderse.

Dominik: ¿Y quién dijo que estoy escondiéndome?

Jean: El antifaz que lleva puesto.

Dominik: Recuerdo que alguien me dijo algo similar.

A Tu Lado. [JeanCarlo León]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora