Capítulo 9.

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Dominik.

Dominik: ¿Estás segura de que me veo bien? *preguntó frente al espejo*

Marían: Te ves genial.

Dominik: No sé. Esta muy...

Marían: ¿Muy escotado? Tranquila, te resalta los senos. Se te ven más grandes.

Dominik: ¿Qué tal el cabello?

Marían: Suelto, se ve mucho mejor. Déjame ayudarte.

Se acerca y dejó que haga lo que quiera con mi cabello mientras me maquillo. Al terminar las dos estamos más que satisfechas con nuestros resultados.

Ella lleva un vestido a la rodilla color rosa y yo uno que me llega más arriba que el suyo color azul marino, las dos llevamos zapatillas negras y altas.

Marían: ¿Vamos a pedir un Uber?

Dominik: Sí, es mejor que ir caminando o manejar de regreso.

Asiente, salgo detrás de ella, saludamos al portero y esperamos nuestro transporte afuera del edificio.

Marían: Tengo que preguntarte algo.

Dominik: Dime.

Marían: Está tarde...

Se queda callada, como si no supiera qué palabras usar. Estoy a punto de hablar pero la que se queda sin palabras soy yo cuando se decide.

Marían: ¿Qué hicieron Jean y tú cuando nos fuimos?

Por un momento no sé qué contestar, puedo mentir y decirle que nada, que sólo hablamos de negocios tal y como nos encontraron, pero puedo hablar con la verdad y decirle que tuvimos sexo por segunda vez en mi habitación.

Espera con paciencia mi respuesta y me sigo planteando los pros y los contras: si le digo la verdad, se emocionara y me dirá que me apoya si decido seguir en algo casual con Jean. Aunque también implicaría decir mi dilema al estar también con Aleksander.

Marían: ¿Y bien?

Dominik: Si te digo la verdad... ¿Prometes no decir nada?

Marían: ¿Se acostaron?

Dominik: No... Sí, pero ese no es el verdadero problema.

Marían: ¿Estás embarazada?

Dominik: ¡Por Dios, no! *exclamó con ironía* Es alguien más.

Marían: ¿Tienes novio?

Dominik: Hace dos años, *comienzo y sé que ya no hay vuelta atrás* cuando me fui a Londres para las vacaciones, conocí a un chico. Me invitó unos tragos, y después a su habitación. Nos seguimos viendo después de eso e intercambiamos números, cuando se fue a su país y yo regrese me contó qué hace y de qué trabaja.

Marían: ¿Es un mafioso?

Dominik: No, es empresario. Sigo; en otro viaje también coincidimos y me propuso tener sólo sexo, nada de amor, y yo accedí. Me pidió que lo acompañará a las reuniones que tuviera y me pagaría, incluso me dio una tarjeta sin límites a mi nombre. El caso es que desde ese entonces nos vemos, a Las Vegas me fui con él, paso por mi y nos fuimos en su avión privado.

Marían: Suena más a mafioso. ¿Me estas diciendo que estuviste con un hombre en Las Vegas y que tuvieron sexo salvaje?

Dominik: Sí, amiga. Tú lo conoces.

Marían: ¿Yo? *arruga la nariz con confusion*

Dominik: Es el chico rubio guapísimo que te encontraste saliendo. *subimos al auto*

A Tu Lado. [JeanCarlo León]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora