Capítulo 5: Un paso más cerca

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El segundo mes estaba por cumplirse y Robert ya reflexionaba sobre lo agradables que estaban siendo sus días en Barcelona, eran bastante tranquilos, si le preguntaran su opinión más honesta, le agradaba bastante su rutina de prácticas por la mañana, reuniones a medio día, descansos por la tarde y durante unas cuantas horas de la noche, una práctica de penales con Marc-André y su nuevo amigo el pequeño alfa español que le seguía animadamente a todas partes.

Respecto a este último, si algo tenía que agradecerle a Pablo, es que gracias a él, su integración a la plantilla fue menos incómoda de lo que pensaba y el hecho de tener a ese joven cerca de él prácticamente todos los días, le estaba ayudando muchísimo en muchos aspectos de su vida. Desde lo deportivo hasta el hecho de que su habilidad con el idioma era mejor a medida que pasaban los días.

― ¡Bon dia!― Exclamó Robert al momento de ingresar al recinto.

La plantilla del Barcelona estaba compuesta, en su mayoría, por personas agradables y comprensivas que no le juzgaban ni le trataban de manera incómoda por el simple hecho de ser un omega, y aquello le hacía sentir más tranquilo.

Con algo de gracia recordaba las palabras que Thomas le había dicho el otro día, cuando finalmente tuvieron oportunidad de charlar: "Si ellos te tratan mal me aseguraré de que regreses a casa, luego haré que lo paguen tanto dentro como fuera del terreno de juego". Era lo que había expresado su amigo más cercano de la plantilla del Bayern durante la última llamada que compartieron, la seriedad en su tono solo denotaba que aquello era una amenaza que cumpliría sin rechistar.

Solo esperaba esa amenaza no tuviese que cumplirse por el momento, sabía que Thomas sería capaz de cualquier cosa.

A pesar de todo, él se sentía bastante cómodo y hasta cierto punto, seguro en su nuevo equipo. En un contexto general, ya se llevaba bastante bien con todos sus compañeros, pero si era realista, sabía que algunos de ellos todavía no le reconocían como un igual y eso lo notaba especialmente en la actitud de un par de alfas con los que simplemente no había podido conectar en todo este tiempo.

Por supuesto que no planeaba tomarle gran importancia a las actitudes de ese tipo alfas, ni siquiera lo veía como algo negativo en realidad, ya que era entendible, no todos se adaptan tan rápido a la idea de que un omega como él ahora esté en un equipo como el Barcelona. Sin embargo, lo que ya no le parecía normal eran los roces, empujones y murmullos de disgusto cada vez que pasaba cerca de ellos, eran algo que consideraba completamente antideportivo e innecesario.

―Vaya olor tío, desagradable como todos los días.

―Una barbaridad, por lo menos si fuera un olor de un dulce omega, pero no, es fuerte, incómodo y...

Un ejemplo de ello, aquellos comentarios pasivo-agresivos que decían cada vez que tenían oportunidad, ni tan alto, ni tan bajo, pero asegurándose de que él los escuchara.

Cerrando los ojos, Robert calmó su respiración y contó hasta quince, generalmente lo hacía hasta diez, pero hoy le había tomado cinco números más para calmar a su lado omega que a pesar de todo, se sentía herido por los comentarios que estaba recibiendo respecto a su aroma.

"Hemos recibido ofensas peores, esto no es nada" Es lo que se decía a sí mismo para consolar a su lado omega. Por un momento se preocupó de que su aroma se hiciera más fuerte y los demás en los vestidores notaran su cambio anímico, agravando su situación.

Antes de comenzar el calentamiento previo al partido del día, sacó dos píldoras más de su bolsa de supresores y se las llevó a la boca para consumirlas de inmediato, ese día era importante ya que se trataba de un partido, que aunque era amisto, no quería causar problemas o tener inconvenientes con los otros alfas debido a su fuerte aroma antinatural.

Un encuentro inesperado en Barcelona (Gavi x Lewandowski | FC Barcelona)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora