Jimin agradeció la oportunidad de salir de palacio esa tarde. La reunión con las personas con las que estaba organizando la fundación había ido bien y, además, había sido una distracción. Estaba angustiado por el resultado de la prueba y por la soledad de vivir rodeado de gente que no le dirigía la palabra. Pero, sobre todo, necesitaba olvidarse de aquella revelación.
Él no amaba a Jungkook, no podía ser. Tenía que guardar su amor para su hijo. No quería ser como sus padres, no quería convertirse en una persona amargada como su madre. ¿Cómo había dejado que Jungkook se convirtiera en alguien tan importante para él?
Jimin suspiró. No quería hacer la lista de virtudes de Jungkook porque tenía demasiadas. Incluso ahora, enfadado con él, lo deseaba, no podía negarlo.
-Perdone, señorito.
Él se volvió, sorprendido, y el fogonazo de un flash lo obligó a cerrar los ojos. Nervioso bajó la cabeza y siguió caminando a toda velocidad. No iba a dejarse intimidar por un paparazzi y tampoco iba a detenerse para contestar preguntas.
-Señorito Park, ¿es cierto que han tenido que hacer una prueba de paternidad? -le preguntó una segunda voz, esta vez la de una mujer.
El corazón de Jimin dio un vuelco. Sabían lo de la prueba, ¿cómo era posible? La doctora de Jungkook no podía haberlo contado, era un puesto de total confianza. Alguien del laboratorio, pensó entonces. Pero fuera como fuera, la noticia había saltado y tenía que lidiar con ella de la mejor manera posible.
-¿El hijo que espera es hijo del príncipe?
-¿Quién es el padre?
-¿Cuántos hombres se han hecho la prueba?
Jimin tuvo que morderse la lengua para contener la réplica que merecía esa pregunta. Pero cada vez había más fotógrafos y, de repente, estaba rodeado de cámaras y micrófonos.
Uno de los hombres lo empujó sin querer y Jimin cayó al suelo, pero eso no pareció preocupar a los paparazzi, que seguían haciendo fotografías y preguntas que parecían acusaciones.
-¿Jimin?
Jungkook. Era la voz de Jungkook.
Alguien apartó a uno de los reporteros de un empujón y, de repente, Jungkook tomó su mano para levantarlo del suelo. Y cuando uno de los hombres intentó sujetarlo del brazo, Jungkook agarró la cámara y la estrelló contra el suelo.
-¡No se atrevan a tocarlo! -le gritó, encolerizado.
El fotógrafo dio un paso atrás, como hicieron todos los demás-. Sube al coche, Jimin -dijo luego, abriendo la puerta de un deportivo negro.
No dijo una palabra más mientras volvían al palacio. Iba muy recto en el asiento, las dos manos sobre el volante, la mandíbula tensa. Y él no tenía intención de romper el silencio.
En cuanto llegaron al palacio subieron a su dormitorio y Jungkook cerró la puerta, enfadado.
-¿Cómo se te ha ocurrido salir solo, sin guardaespaldas? Tuve que enterarme llamando a tu conductor, él me dijo que te habías marchado. Ha sido muy irresponsable por tu parte.
-¿Irresponsable? -lo interrumpió Jimin-. Sólo intentaba mantenerme ocupado, hacer algo. No pienso quedarme sentado hasta que tú me necesites, como si fuera un accesorio.
-Yo nunca he dicho que esperase eso de ti, pero sí espero que muestres cierto sentido común. ¿Tienes idea de lo que podría haberte pasado?
Jungkook respiró profundamente. La rabia y el miedo se mezclaban en aquella descarga de adrenalina. Jimin lo afectaba demasiado. Cuando lo vio en el suelo, con esa manada de lobos rodeándolo, había tenido que hacer un esfuerzo sobrehumano para no golpear al periodista que intentaba tocarlo. Al ver a los paparazzi rodeándolo había imaginado lo que sería perderlo, perder a su hijo. Y fue como si el mundo se hundiera bajo sus pies. Jimin empezaba a importarle demasiado y no quería que fuera así.
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Casado con un Príncipe Adapt. Kookmin
FanfictionJimin anhela ser padre, lleva tiempo intentado quedar embarazado por inseminación artificial, ya que su idea de vida, no es atarse a una pareja, simplemente desea tener un hijo a quien cuidar y amar con todo su corazón, la noticia finalmente llega y...