Cap.6 El viejo que disfruta de la vida

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"Cuál és la razón por la que el propietario quite los ascensores? Debe de haber un por qué." Dije.

Negó girando la cabeza: "Que yo sepa no, o puede que me ocultó la razón."

Paró unos instantes en pensamiento y abrió la boca de nuevo: "Bueno, qué le pasa a ese edificio? Si és por las ventas lo siento, no hay más remedio."

"No vengo de parte del propietario, solo quería saber quién era y como se llamaba." Dije.

Estaba a punto de contarle toda la odisea pensando en que sabría quien era el propietario. Pero no, me equivoqué.

"La verdad es que no se ni quién és...Solo sé que le llamaban señor Wang. Supongo que es de origen asiático." Dijo Lucian.

"Y te acuerdas aún de su cara?" Pregunté.

"Sí, me acuerdo. Ese viejo tiene tanta pasta que sin exagerar, podría hacer lo que le dé la gana!." Contestó el diseñador.

Me levanté de la silla sacando la mano: "Muchas gracias señor Lucian, ha sido un placer hablar contigo."

El diseñador me dió la mano y me despedí. Después de una larga conversación salí de la finca.

En la mano tenía una pequeña tarjeta en la cual una letra de médico decía cuál era la dirección del supuesto señor Wang.

Mi coche atravesaba las carreteras dejando atrás la ciudad. Me adentré en una montaña que se hallaba muy lejos de la civilización. Subí por un camino estrecho repleto de hojas caídas.

Tras cinco minutos de conducción por fin pude contemplar de las increíbles vistas. Una mansión enorme con un jardín lleno de vegetación. Todo estaba a juego con el paisaje, parecía un cuadro lo que vían mis ojos.

Unos rayos de sol atravesaron las nubes cayendo justo en el enorme jardín, era un disfrute para los ojos.

Me acerqué con el coche y me paré ante una puerta, lo raro es que no había nada en la puerta. Con esto me refería a que no había ni timbre para llamar.

Me quedé asombrado por la puerta, daba sensación de algo muy antiguo.

Golpeé la puerta fuertemente para que viniera alguien. El ruido rebotaba entre las montañas, pero no aparecía nadie.

Unos minutos después me di cuenta de que en la puerta había una pequeña ventana que se podía abrir, me enteré de eso porque había un viejo mirándome.

"Quién eres? A qué vienes?" Preguntó el viejo con la misma cara que puso Carlos el conserje.

"Vengo a visitar al señor Wang, tenía una cosas que preguntarle." Respondí.

"Espera un momento." Cerró la ventanilla.

No tenía otra opción que esperar, me senté en el coche. Pasaron diez minutos y no apareció nadie, estaba empezando a mosquearme.

Cuando por fin perdí la paciencia, salí del coche y levanté la mano para tocar de nuevo. De repente se abrió la puerta, tras ella estaba el mismo viejo que me habló.

"El señor Wang ya está esperándote, pasa, por favor."Dijo el viejo sirviente.

No dije nada y dí paso hacia el interior. Estaba todo muy bien decorado, el suelo estaba hecho de pequeñas piedras que daban un toque rústico.

Era una maravilla de pasillo, el follaje de los árboles se movían con el viento, me pasé todo el rato con cara de empanado mirando las plantas.

Después de dar una caminata llegamos a la casa, el viejo se dió asiento y me pidió que esperara.

Pasaron veinte minutos, o incluso más. Pero estos son los veinte minutos más cortos de mi vida, me dejó impresionado la decoración y todo el paisaje.

Escuché pasos acercandose, así que me levanté y dí la vuelta, vi a un señor de unos cuarenta y tantos años.

Echó un vistazo en mí y me saludó: "Bienvenido, perdona por hacerte esperar, puedes llamarme Wang."

Le saludé educadamente: "Buenas tardes, soy Drew, venía porque me interesaba comprar su edificio."

"Bueno, la verdad es que no me importa mucho ese edificio. Si te interesa podemos negociarlo." Dijo sin importancia.

Me di cuenta de que si iba directo al grano me podría echar enseguida. Así que dije: "Señor Wang, antes de venir ya había hablado con el diseñador del edificio."

"Sí, él era el diseñador." Contestó.

Le miré fijamente a los ojos: "Bueno era que en lugar de tres ascensores cambiaste a una, esa era la pregunta."

No sé si de dió cuenta, pero lo dije seriamente.

Me decepcioné, porque no parecía que le hubiese importado esa pregunta.

"Señor Wang, es por algún motivo especial lo de cambiar el numero de ascensores?" Insistí.

"No, no es nada, simplemente no me gustan las cosas de la actualidad." Contestó.

(Patata ha vuelto, espero que os haya gustado este capítulo. Aquí les pido favs y surgerencias. Hasta el lunes.)

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