Josie.
10 años atrás.
McCall, Idaho. Estados Unidos de América.
La música de Taio Cruz sonaba en los audífonos, mientras ella se movía en su habitación con despreocupación absoluta. Dynamite era de sus canciones preferidas. El chico más popular de la escuela le había enviado un mensaje. ¿Cómo había conseguido su número? No lo sabía, ni le importaba la verdad. Estaba emocionada ante la idea de comunicarse con él, en especial ahora que era verano. Al estar de vacaciones, escribiéndole, implicaba que su interés era real. Por lo general, los chicos se desvinculaban unos de otros durante los tiempos de descanso, así que el hecho de que Wyatt quisiera saber de ella, le parecía una buena señal.
Wyatt Kenton no solo era un galán, sino también un chico bastante listo. Además, había descubierto casi por accidente, compartían la afición por el dibujo. Un día en la biblioteca de la secundaria lo encontró con varios bocetos sobre la mesa, tratando de emular intrincados diseños medievales de un libro, y cuando ella se acercó para mencionar que no podría distinguir la copia del original salvo por el hecho de que uno de los dibujos estaba dentro de un libro, Wyatt la invitó a sentarse a su lado.
Esa tarde compartieron información poco convencional para dos adolescentes: fechas de asesinatos ocurridos en lugares arquitectónicos emblemáticos del siglo XVII. ¿Cómo detener las mariposas en la panza cuando recordaba cómo sus dedos se habían rozado sobre la mesa?
Dentro de una hora ella y sus amigos iban a encontrarse en el centro en la cafetería que estaba de moda. No sabía si Wyatt estaría alrededor, pero consideraba que ese verano tenía un buen pronóstico para su corazón. El plan con sus amigos era que, después de la cafetería, aprovecharían el sol para disfrutar del lago.
Josie se había puesto su nuevo bikini en tono azul que le sentaba de maravilla. Sus pechos respingones y generosos se contenían a la perfección en el sujetador, y su trasero se veía fantástico. El bañador se lo había comprado con la aprobación de su mejor amiga, porque confiaba en el criterio de Olivia, además de su sinceridad. Ella jamás le diría que usara algo que no le quedaba bien.
En esta ocasión, Josie llevaba un jean y una blusa negra de mangas cortas sobre el bikini. Algunos días se sentía más bonita que en otros. Las mañanas en que amanecía con la maraña de cabello hecha un desastre, en especial si se despertaba tarde para las clases, prefería un perfil bajo. Ser adolescente a veces apestaba.
Corroboró que su habitación estuviese en orden. Sus padres solo la dejarían salir si, al regresar de la comida que tenían con York en el club de golf, comprobaban que nada estaba fuera de lugar. Esto último implicaba no pedirle ayuda a Shaina, el ama de llaves o a Bartholo, el chofer; en esta ocasión, los dos tenían el día libre. Desconectó el mp4 y lo dejó a un lado.
Fue hasta el espejo y se recogió el cabello en una coleta alta. Quizá no era muy fan de sí misma, pero su madre solía decirle que no existía una edad para sentirse hermosa, y que más le valía empezar a creer que la imagen que reflejaba el espejo era la de una muchacha bella con muchas posibilidades en la vida para ser feliz.
Estaba a punto de aplicarse rímel cuando escuchó ruidos en la planta baja. ¿Ya habrían llegado?, se preguntó emocionada, porque eso implicaba que podría salir más temprano de casa y quedarse un rato donde Olivia antes de ir a la cafetería.
—¿Mamá? ¡Mi habitación está impecable! —exclamó con una sonrisa apartándose del espejo y dejando de lado sus cosméticos—. ¡Me iré pronto!
No hubo ninguna respuesta, sino el sonido de algo rompiéndose en pedacitos y luego ruidos inidentificables; voces varoniles inconexas y pasos toscos sobre el suelo de parqué. Josie se asustó y se acercó a la hendija de la puerta semiabierta de su cuarto. Las voces cobraron vida cuando encontró cinco hombres subiendo las escaleras, después abriendo las puertas con saña, mientras entre ellos hablaban sobre cómo llevarse en el menor tiempo posible lo que tuviese valor.
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Seduciendo al destino (TERMINADA) - Copyrighted
RomanceJosie Barlow es una exitosa arquitecta que ha recibido más espinas que rosas en su vida romántica. La llegada a McCall de un atractivo doctor complicará su pacífica existencia. Las miradas sutiles, las discusiones que amenazan con terminar en un bes...