Y yo, nuevamente, me suicido
poniendo mi ego sobre sus deseos,
poniendo mis deseos sobre sus egos.
Cometo harakiri
protegiendo
lo que nunca nadie ha protegido.
Cedo ante el honor
de defender lo poético...
lo poéticamente incorrecto.
***
Antología...
La naturaleza es bella, pero nosotros la maltratamos con nuestras manos enfermas. Tocemos en su vientre y hurtamos la plata. La codicia envenena y mata. Lo sabemos pero aún así, vamos pisando las hojas en un vago intento por forjar un nuevo camino.
La naturaleza nos cobija con sus brazos pero solo sabemos devorarla a mordiscos y al maltratarla nos destruimos, en un acto de odio hacia nosotros mismos. Terminaremos acabando con nuestra especie con estas palmas que ahorcaron a los peces.
Y cuando observemos el mal que hacemos ya será muy tarde porque el planeta se estará rompiendo en pedazos.
Y se secarán los océanos por los rayos del sol, y morirán nuestros cuerpos entre guerras nucleares de ambición.
Y el día que la tierra esté tan caliente como las estrellas, tan caliente que la atmósfera se vuelva lupa ardiente y nos queme, así, demasiado caliente, explotará y nos destruirá a todos
y ese será el fin del mundo, de la tierra y la naturaleza.
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