CAPITULO 1 (revisado)

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Las estaciones pasaban, los días se empezaron a a juntar formando semanas, llegando hasta los meses, construyendo poco a poco una nueva vida. Un nuevo lugar donde terminar de crecer. Una Allana predispuesta a cualquier aventura, cualquier adversidad, dejando atrás la vida que alguna vez llego a pensar que tuvo.

Me llamo Allana Smith y así comienza mi historia desde el principio.


-Oh vamos Ellie, dame mi arma -sabia que le encantaba mi arco, se pasaba horas mirando las escrituras y dibujos que iba dejando en el a medida que pasaba el tiempo.

-No hasta que me digas qué significa el sombrero de shériff -me dijo revoltosa y algo seria.

En un pequeño impulso levante a la niña por los aires y la empuje suavemente hasta la cama.

-¿Quieres que te cuente otra vez la historia? - no sé porque le gustaba tanto aquella historia algo tergiversada por mi. Pero acabe aceptando a contársela de nuevo.

Le di un pequeño toque en la espalda a modo de señal para que se acostara en su cama, y así lo hizo, se quito el colgante que le regale cuando llego nueva aquí y lo dejo en la mesa de madera junto a su cama, se lo ponía ella ya que el colgante que el me regalo me producía malos recuerdos de aquella etapa de mi vida, claro esta ella no sabia nada acerca de este.

-Pues esto era se una vez una chica, pelirroja, tenia el cabello como el fuego y algunas mechas rojizas como las rosas - sonrío -su padre, algo duro con ella, comenzó a trasformarse por la codicia y la ira, pero a pesar de eso siempre estaban ahí el uno para el otro, un dia, la joven se encontraba dando una vuelta y cazando algo para poder ir a casa y no tener las manos vacías... -fui interrumpida por una bocina, la que solo anunciaba problemas externos en la comunidad.

Enseguida Ellie de un brinco se levanto de su cama yendo hasta la ventana para poder ver lo que pasaba, yo repetí su misma acción.

-Seguramente sean caminantes, no te preocupes -intente calmarla- iré a ayudar, quédate aquí y ni se te ocurra abrir la puerta de casa ¿me has oido? -le dije a la pequeña dejándole un beso en la frente a modo de cariño.

Ella simplemente asintió y me ayudo a ponerme el arco y algunas flechas, aun así mi arma seguía estando en el cinturón en caso de emergencia.

-Por favor Allana, déjame salir a ayudar, sabes que tengo muy buena puntería, podría ser la primera niña que ayuda, ademas estaré detrás tuya todo el tiempo -me pidió.

La idea me tentó bastante, pero la otra idea de que algo le pasara no me gusto ni un pelo.

-Vamos te llevare a casa de Anisa con los demás niños, y no pienso discutir mas, coge tu cuchillo ahora - ella pareció no tener mas ganas de negociar, era tarde y seguramente estaba cansada.

Salimos de casa, y efectivamente una horda era arrastrada hacia la entrada principal.

Su casa no nos pillaba lejos, Anisa era la mujer que en caso de emergencia se quedaba con los niños para que los demás podamos estar disponibles en caso de evacuación. Tenia un escondrijo secreto debajo de las placas de madera donde se meterían para poder estar a salvo.

Deje a Ellie y enseguida me dirigí a la puerta principal a ayudar a los demás.

Al llegar me encontre a Vega, ella era la que me acepto en la cumunidad y una de las personas que me apoyo desde el inicio. El jaleo de la gente y gritos de euforia me impedían escuchar nada. Visualicé a multitud corriendo de un lado a otro, manteniendo un orden pero se notaba cierto nerviosismo y angustia.

-¡Vega, qué pasa! - le pregunte a la castaña.

-¡Es una horda nos tienen acorralados, las torres de vigilancia estaban vacías y nadie se percato! -mierda, esa era mala señal, enseguida busque un punto para poder ayudar lo máximo posible, pensé en ir por la otra puerta y eso hice.

Me dirigí a la puerta oeste, donde se encontraba la playa, ahí me encontré con un grupo y como no su cabecilla Alec, me uni y comencé a rebanar cabezas, una tras otra sin darme el lujo de parar.

Solo pensé en que no dormiría esta noche, tendríamos que limpiar todo el estropicio que se estaba formando debido a los muertos.

-¡Cúbreme! -me grito Alec, me puse detrás suya, acabando así con la mayoría de los que se encontraban a nuestro al rededor.

Divisamos otra vez el terreno al darnos cuenta de que habíamos terminado en aquella zona, hasta que una voz me saco de mis pensamientos.

-¡Allana vamos al sur de la zona necesitan ayuda, aquí ya hemos terminado, muévete vamos! -Alec y sus ordenes.

Mi amigo estaba echo todo un líder y eso se veía reflejado en el espíritu que tenia al controlar masas de gente. Nos dirigimos al sur de la comunidad de Redwood, así se llamaba el sitio en el que me encontraba desde hace unos años.

Al emigrar de Alexandria y dejar mi antigua vida allí, conseguí dar con Leila la comandante que nos secuestro a mí y a él por aquel entonces. Ella me presento a su hermana, Vega, dejando que me quedara así en su comunidad.

Forman dos comunidades, no muy lejanas entre sí, pero decidí quedarme en esta ya que en la otra al ser Ocean-Side podrían descubrirme y seria mas arriesgado.

Leila guardo mi secreto, para poder conseguir empezar de cero, y por ahora me va bastante bien, de echo tengo un mejor amigo, una amiga y una pequeña niña a la que me permite querer como si fuera mía.

Cuando llegamos al sur, estaba casi todo el trabajo echo, ahora tocaba limpiar aquel estropicio, y no me entusiasmaba absolutamente nada, después de esto iría a recoger a Ellie y dormir por fin en condiciones y sin ninguna distracción.

TWD: Te quiero {Carl Grimes} #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora