Capítulo 6

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— ¡Llegamos!, ¿a qué hora es la junta con tu maestro? — preguntó hacía su hija mientras se estacionaba frente a la escuela.

— A las 8 papi — contestó Estefy mientras trataba de ponerse su mochila en los hombros.

7:50 am

— Al parecer es temprano — susurró para sí mismo — cariño dejame ayudarte — dijo al ver que la niña batallaba.

Se bajó del auto para abrirle la puerta a su hija y cargar la algo pesada mochila de ésta.

Estefanía se encontraba muy feliz, pues su papá casi nunca entraba a la escuela por motivos personales: las mamás. Al saber que había un padre soltero y tan guapo muchas le hacían insinuaciones poco decentes que Emilio prefería ignorar porque sabía que la mayoría de esas señoras estaban casadas.

Al entrar al salón las miradas de casi todas las señoras recayeron en él, muchas ya estaban sentadas en los respectivos asientos de sus hijos.

— ¿Dónde te sientas bebé? — preguntó dulcemente hacía su hija, ignorando que ahora mismo era el centro de atención.

Siendo guíado por la niña tomó asiento, poniendo a su hija en sus piernas para no dejarla parada cómo lo hicieron todas las madres presentes.

— Cada vez te pones más guapo Emilio — dijo una señora que él no logró identificar con certeza.

El rizado sólo rió al sentir cómo su hija lo abrazaba. La pequeña era un tanto celosa con su padre.

El timbre sonó y el salón ya estaba lleno de mamás. Emilio se sintió incómodo por los constantes halagos que le hacían. Sólo deseaba que llegara aquel maestro y se terminara la reunión.

De repente, la puerta fué abierta, revelando a un rubio con cuatro bolsas en sus manos y una caja. Emioio supuso que era el maestro, así que al ver que casi se le caía todo lo que traía en sus manos no dudó en pararse para ayudarlo al menos con la gran caja.

— Oh, muchas gracias que amable — esa voz conocida alertó al rizado.

Emilio dejó la caja en el escritorio y se volteó para ver si sus sospechas eran ciertas.

Demonios.

Joaquín al darse cuenta quién estaba ahí sintió que se podría desmayar, es decir, tenía enfrente a aquel chico al cuál le había dado el nombre de "el mejor polvo de su vida".

El rizado no supo que decir, así que apartó la vista y se volvió al mismo banco.

Mientras tanto, Joaquín dejó sus bolsas en el escritorio y habló — Buenos días a todas... y todos — su voz daba un ambiente agradable. Muchas señoras empezaron a hablar entre ellas de lo guapo que era el maestro — para seguir con la reunión quiero pedirles a mis niños que salgan al patio —dicho ésto, los alumnos gritaron emocionados y despidiéndose de sus papás salieron del aula. — Bueno, primero que nada quiero pedirles una disculpa por la demora, mi nombre es Joaquín Bondoni y cómo ya saben seré yo quién estará todo éste año con sus hijos.

Emilio no podía sacarle la vista de encima, se veía muy guapo, y definitivamente jamás pensó que éste terminaría siendo el maestro de su hija.

— Voy a tratar de ser lo más breve posible porque sé que hay quiénes deben ir a sus trabajos, así que a lo que vinieron. Las calificaciones de sus hijos.

Joaquín comenzó a nombrar los nombres de cada niño y sus padres iban pasando por la boleta.

Cuándo fué el turno de Emilio éste se sintió nervioso al ver cómo Bondoni no soltaba la boleta y sólo soltaba una risa, dándosela por fin.

One Night // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora