Capítulo 12

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Pasó casi 1 semana, Emilio había tratado de mandarle mensajes a Joaquín, pero éste lo bloqueó. Trató de buscarlo, pero el trabajo no se lo permitía, pues ultimamente estuvo muy ocupado.

Era nuevamente Viernes y había aprovechado que salió temprano para dormir una siesta reparadora, pues dentro de unos minutos pasaría por su hija en la escuela cuándo el sonido de su celular se hizo presente, indicando una llamada entrante.

— ¿Sí?

— ¿Hablo con Emilio Osorio? — preguntó una voz masculina al otro lado de la línea.

— Sí, él habla.

Soy el director de la escuela de su hija Estefanía Osorio, le comunicamos que su hija está teniendo un episodio de asma, su maestro y enfermería están tratando de ayudarla, pero necesitamos que venga lo antes posible.

Emilio apenas escuchó la palabra "asma" agarró sus llaves y salió disparado hacía su auto para conducir hasta la escuela, diciendo en el proceso un "estoy allá en menos de 3 minutos" y colgar.

En éstos momentos agradecía vivir cerca de la escuela. Su corazón estaba acelerado, pues ya había pasado demasiado tiempo del último ataque de su hija y sabía que éstos eran extremadamente peligrosos.





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Cuándo menos lo esperó ya estaba frente a la escuela, ni siquiera se fijó en si se estacionó correctamente, sólo quería llegar.

A pasos apresurados llegó a dirección, dónde el mismo señor de la llamada lo guío hasta el salón de enfermeria.

Al llegar la escena que observó lo dejó aliviado y angustiado.

Su hija parecía ya estar bien, con un broncodilatador, pero bien. A su lado estaba su maestro Joaquín, llorando.

— Pequeña — Emilio se sentó a su lado, abrazándola — ¿ya estás bien?

— S-sí, pero el señor Bondoni se asustó mucho y comenzó a llorar, me siento mal por él — dijo con su dulce voz.

Emilio volteó y evidentemente el rubio estaba llorando.

— Lo siento — dijo limpiando las lágrimas de su rostro y sorbiendo su nariz — me asusté demasiado, y-yo creí que ella realmente no iba a poder volver a respirar, lo siento — justificó.

— Está bien Joaquín, sé la desesperación que se siente — dijo con una reconfortante sonrisa.

Cuándo la puerta fué abierta abruptamente por nada más y nada menos que la madre de Estefy, Alejandra, quién venía en las mismas condiciones del rubio.

— ¡Mi niña! — corrió a abrazarla — estás bien... dios no sé que hubiera hecho si algo te pasaba — dijo pegando más a su hija, quién le correspondió el abrazo.

One Night // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora