Campeones

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18 de diciembre, Lusail Stadium.

— ¡Montiel al arcooo!

Por fin.

Después de tantos años de carrera, por fin se le dió.

Después de tantos años de sufrimiento, después de ocho horribles años... Su corazón por fin estaba completo. Por fin se podía retirar y decir que lo había ganado todo. Que no se arrepentía de absolutamente nada.

Por fin, después de 36 años, Argentina era campeón del mundo de vuelta.

El partido había sido manejado por ellos por más o menos 80 minutos, después de eso Francia se despertó y les empató en un minuto. Tuvieron que ir al tiempo extra donde volvieron a tener la ventaja para después ser empatada nuevamente. Pero Lionel nunca perdió la fé, él sabía que tenían que ganar si o si, no había otra opción. Y al final ganaron por los penales.

Sus piernas flaquearon y no pudo evitar caer al piso de la felicidad que sentía. Sintió como sus compañeros, sus amigos, su segunda familia se abalanzaban sobre él para abrazarlo.

No había mejor sentimiento, no había felicidad más grande. No había nada más después de esto.

Le podrían llegar a pegar un tiro ahora mismo y él se iría al cielo satisfecho, feliz.

Escuchó como su gran amigo, el Kun, llegaba gritando como loco. Su sonrisa solo se hizo más grande al escucharlo a él. Que, tristemente, no pudo jugar con ellos, pero que los acompañó durante todo el trayecto.

Luego se eso, no escuchó nada más, el sonido estaba presente, pero él no lo escuchaba. Su cuerpo había entrado en una especie de shock y sintió como algo húmedo empezaba a caer por sus mejillas.

Lágrimas caían de sus ojos sin cesar ¿Así se sentía ser campeón del mundo? ¿Así se sentía estar completo? Si así era, entonces no lo cambiaría por nada.

Lentamente, luego de largos minutos, el abrazo se fue disolviendo. Lionel se limpió las lágrimas rápidamente y fue a saludar al resto de los chicos, los cuales se quedaron abrazando al Dibu y a Gonzalo.

Lionel pensó en todo lo que tuvo que vivir para llegar a ese momento tan preciado, todo lo que tuvo que esperar y todo lo que sufrió.

Sonrió como nunca había sonreído en su vida al ver a sus compañeros. Lloraban, se abrazaban, cantaban con la hinchada... Todo era perfecto. El grupo que se había armado era perfecto.

Abrazó a todos y a cada uno. Agradeciéndoles por la felicidad que les habían brindado. Cuando tocó el turno de Julián, casi se le caen unas lágrimas.

— Gracia', Julián. — dijo abrazándolo fuertemente — Gracia' por todo. Gracia' por todo' los gole' que metiste, no sé que hubiéramo' hecho sin vo'.

— Gracias a vos, Leo. Sos el mejor de la historia, esto lo prueba. — dijo mientras se separaba. — Sos una ventaja viviente, si es gracias a alguien que estamos acá, es por vos, así que gracias, capitán.

Lionel solo le sonrió sintiendo sus párpados algo mojados, Álvarez no quiso soltarse de él y lo volvió a abrazar por atrás, haciendo que Lionel sonriera incluso más.

Se acercó a saludar a Scaloni, él fue una de las principales razones por las cuales ganaron de todo en esos últimos 18 meses. Su director técnico había sido el cerebro de todo. Millones dudaron de él, pero este nunca se rindió. Y, gracias a su perseverancia con el equipo, es que pudieron ganar la Copa América después de 28 años sin ganar ningún título. Es gracias a todas las críticas que aguantó que hoy ganaban el trofeo más importante de ese hermoso deporte llamado fútbol: la Copa del Mundo.

Protector - Julián y EnzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora