Prólogo.

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14 de noviembre, Universidad de Qatar.

El mundial del 2022 estaba a la vuelta de la esquina, solo faltaban seis días para que empezara y ocho para que la selección Argentina jugara su primer partido. Igualmente no tenían que esperar tanto tiempo para entrar a la cancha ya que el 16 jugaban un amistoso contra Emiratos Árabes.

El entrenamiento del día ya había terminado, Scaloni les comentó la formación que iban a usar ese miércoles así el martes ya entrenaban con esa misma.

Cuando dió la tarde, se fueron casi todos al patio. Algunos de los chicos jugaban al truco, otros hablaban mientras tomaban unos mates y algunos otros jugaban a la generala. Lionel estaba con Rodrigo, el Papu, Otamendi y Di María hablando.

Charlaron del mundial que venía, de las selecciones que les podían llegar a dar pelea y, más que nada, de que esta la tenían que ganar, que tenía que ser suya sí o sí.

Dejó de escuchar cuando vió a Julián y Enzo llegar al patio cagados de risa. Álvarez se limpiaba una lágrima y el más alto se reía como una foca. Sonrió al verlos, le recordaban muchísimo a él y al Kun cuando eran más jóvenes.

Cuando Julián al fin lo miró, le hizo una seña para que se acercaran a ellos y se integren a la charla.

Una hora después, todos estaban yendo a jugar al truco, salvo Julián y Lionel, que decidieron quedarse y seguir tomando mate.

— ¿Feliz de que va' de titular el marte'? — le preguntó Lionel.

— La verdad que sí, me pone muy contento — dijo con una sonrisa que no le llegó a los ojos, Lionel lo notó.

— ¿Pero...?

— No sé, siento que es el único partido de titular que voy a jugar durante estos días... Lautaro es muchísimo mejor que yo, es imposible que Scaloni lo llegue a dejar en el banco. — Messi lo miró con un poco de tristeza, Julián se dió cuenta de esto y siguió — Igual, eh... Ya me estoy acostumbrando a estar de suplente, en el City solo estoy de titular cuando Erling está lesionado, así que tampoco me molesta tanto. — rió un poco para aligerar el ambiente.

— No sé que es ma' triste, si lo primero que dijiste o lo segundo... 'Cuchame Juli, yo sé que la va' a romper, ya sea de titular o de suplente, so' un muy buen jugador, nunca dudes de eso. — sonrió mientras le revolvía el pelo, logrando que Julián riera auténticamente.

— Gracias Leo. — lo miró feliz, él sabía lo que significaba para Julián, recordaba aquella vez en 2010 que se había acercado con sus hermanos a pedirle una foto, realmente le llenaba de orgullo pensar en eso y compararlo con dónde estaba ahora... apunto de jugar un mundial.

Se habían vuelto muy cercanos en la copa América, Julián tenía ese no sé qué que lo hacía querer guardarlo en su bolsillo y cuidarlo. Tal vez porque le recordaba a Thiago... o tal vez porque le recordaba muchísimo a sí mismo cuando era apenas un adolescente. No lo veía como un amigo más de la selección, lo veía como un hijo, alguien a quién proteger, alguien a quién quería enseñarle todo lo que sabía.

Y no podía negar que era bastante protector cuando se trataba del más chico. Recuerda la vez que entró a jugar de suplente en un partido contra Chile y uno de los jugadores lo empujó levemente apenas tocó la cancha. Lionel vió esa escena y se re calentó, pero al ver qué a Julián le había chupado un huevo, decidió no darle tanta bola.

— Buenas,— la voz de Enzo lo sacó de sus pensamientos — perdón por interrumpir la charla. — río levemente — Che, Ju ¿Vamos a ver un poco la universidad? Me dijeron que es muy linda.

Álvarez miró a Leo buscando aprobación, este solo asintió mientras sonreía — Dale, vamos.

El mayor de los tres se fue con los chicos que estaban jugando al truco una vez que Julián y Enzo empezaron a caminar hacia adentro.

— Que lindos los pibes. — suelta Emiliano de la nada mientras mezcla las cartas — Me dan una ternura.

— Si, mal. — siguió Rodrigo — Ojalá duren.

Messi los miró confundidos ¿De que poronga estaban hablando?

— ¿Están juntos? — les preguntó Alexis, confundido también.

— Ni idea Ale, pero mira lo cercanos que son... Apuesto a que están yendo a darse besitos ahora mismo. — siguió el Papu.

— ¿Qué? — dijo Messi.

— Dale hermano, no puede ser que no se hayan dado cuenta. — volvió a hablar De Paul, con una sonrisa divertida en la cara — Ni idea que hay entre esos dos, pero están todo el tiempo juntos y se miran con un amor...

— Igualito a como miras a Tini Tini Tini — lo interrumpió Lautaro.

— Boe, no paran más con esos chistes, boludo, re rompepelotas.

La conversación del 9 y el 24 de la selección terminó ahí, Leo no estaba muy convencido de lo que decían, pero de algo estaba seguro, les iba a prestar un poquitito más de atención... Más que nada porque su instinto protector se lo pedía.

Protector - Julián y EnzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora