Final

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Los mejores días su vida, fueron los que pasó junto al cordobés.

Se conocieron en las inferiores de River y pegaron onda casi automáticamente. Álvarez era un jugador excelente, un goleador nato, presionaba, bajaba a defender cuando la situación lo ameritaba, metía buenas asistencias... Siempre lo admiró.

El mayor era una categoría más grande que él, se llevaban casi un año exacto, pero eso no impedía que no se hayan vuelto amigos. Julián no era un chico de muchas palabras, le daba muchísima vergüenza todo y le costaba abrirse con las personas, se imaginarán que a Enzo eso le costó un huevo enorme y nunca se rindió en intentar hablarle.

Julián debutó en primera antes que él. Fernández estaba muy feliz por su amigo, de verdad que se lo merecía. El cordobés no tardó mucho en meter su primer gol en River. Incluso jugó en el complemento en la final de la libertadores contra Boca ¡Y fue parte de la jugada del gol de Quintero! En verdad que ese chico iba a llegar lejos.

Él debutó en 2019, estar con Álvarez de vuelta era todo lo que quería.

Su amistad se reforzó muchísimo más en ese tiempo, era imposible no verlos juntos... Pero no tardó mucho antes de que Enzo notara que lo que sentía por su amigo no era un simple cariño. No era normal que se pasara horas imaginándose cómo sería besarlo, no era normal querer tocarlo todo el tiempo, no era normal lo nervioso que se ponía con un simple roce.

Todos esos sentimientos lo llenaban de terror. Más que nada porque su profesión era el fútbol. Gustar de un hombre en ese deporte significaba que su carrera corría un riesgo enorme. Si alguien se llegaba a enterar, lo más probable es que lo emoezaran a odiar. Daba igual si era bueno o no, si era "puto" entonces no merecía jugar.

Pero, al mismo tiempo, no había nada más lindo que amar a Julián Álvarez. Ese chabón era definitivamente la persona más dulce y humilde del mundo. Su sola compañía hacía que Enzo se olvidara de todos los males que habían en el mundo.

A principios del 2020, Enzo fue cedido cómo préstamo a Defensa y Justicia. Si bien no tenía opción a compra, pasaría un año lejos de River, es por eso que decidió que le diría todo a Julián.

Era un día normal, estaban en la casa de Julián jugando al FIFA, era como una rutina para ellos juntarse y no hacer absolutamente nada. Terminaron de jugar la tercera partida cuando Enzo decidió que era hora de hablar.

— ... Bueno, ¿Viste que me dieron de préstamo a Defensa y Justicia?

— Si... — le respondió con tristeza — Te voy a extrañar, Enzo.

— Yo también te voy a extrañar muchísimo, Juli. — dijo para después acercarse un poco más al mayor. — Bueno, a lo que iba, ya mañana me tengo que ir y quería decirte algo.

— ¿Mañana...? Igual nos vamos a seguir viendo ¿No...? Porque no es como que te vas a otro país, seguís acá, en Argentina.

— Eso depende de vos, Ju. — dijo haciendo que el otro lo mirara confundido. — Depende de cómo tomes lo que estoy apunto de decirte.

— ¿De que hablas? — preguntó con una ceja levantada. — ¿Que me querés decir, Enzi?

— Juli... Vos a mí me gustás, muchísimo.

Julián solo se quedó petrificado mirándolo a los ojos, no decía nada, haciendo que Enzo solo mirara al suelo, entendiendo que Julián no sentía lo mismo.

— No hace falta que me digas lo que vos sentís, solo te lo quería comentar para...

Fue interrumpido por el sentimiento de unos labios sobre los suyos, ¡Julián lo estaba besando! No tardó mucho en corresponder, anhelaba ese beso como ningún otro.

Protector - Julián y EnzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora