Capítulo 5: Dos polos opuestos

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Ver toda esa tecnología con la que contaba el laboratorio del profesor Serbal, ya sean los diversos computadores o incubadoras para los huevos pokémon, los grandes y abundantes libreros con diversos tópicos, junto con lo refinado y pulcro que era el lugar resultaba para Ash una experiencia única. Todo esto le traía al azabache un vago sentimiento de familiaridad, ya que se sentía como si estuviese en el laboratorio del profesor Oak.

Pese a lo anterior, había algo que seguía rondando en su cabeza luego del aviso de la asistente del profesor, la llegada de un nuevo entrenador. ¿Cómo sería? ¿Será un novato o un entrenador experimentado? Sentía curiosidad por esta nueva persona y quería conocerla, ¿y quién sabe? Quizás hasta puedan tener una batalla pokémon y hacerse amigos.

Una vez llegaron a la sala principal del edificio, vieron a un chico sentado en uno de los asientos del lugar, probablemente el entrenador del que hablaban antes el profesor y su asistente. El muchacho estaba de brazos cruzados y con los ojos cerrados, apreciándose un notable semblante de seriedad en su rostro. El primer en acercarse a este nuevo invitado fue el profesor Serbal para cerciorarse de que fuese el entrenador que esperaba.

—Bienvenido, joven —saludó cordialmente Serbal—. Debes ser el entrenador de Ciudad Rocavelo con el que hablé el día de ayer, ¿no?

Al escuchar la voz del profesor el chico abrió sus ojos para llevar su mirada hacia él, para luego levantarse de su asiento y saludarle.

—Sí. Vine por la pokédex que le pedí —mencionó amablemente, revelando así su motivo de estar en el laboratorio.

—Eres bastante directo con tus asuntos —señaló el profesor con su característica seriedad—. Primero que nada, necesito que me recuerdes cuál es tu nombre, puesto que es una normativa que nos exige la liga para contabilizar con cuántos entrenadores contamos actualmente.

—Me llamo Paul.

Paul, el entrenador de Ciudad Rocavelo, tenía el cabello un poco largo, llegando a cubrir parcialmente su frente y de color morado. Vestía una camiseta azul oscuro y sobre esta una chaqueta deportiva de color azul y negro que estaba abrochada hasta la mitad de su pecho, unos pantalones grises oscuro y unas zapatillas azules.

—Regresaré enseguida con tu pokédex, muchacho —avisó el viejo profesor, para luego dirigirse a Ash y los demás—. Jóvenes, esperen aquí en lo que voy a buscar la pokédex de Paul —indicó, retirándose brevemente del lugar para ir a otra oficina.

Ya cuando el profesor abandonó la habitación, el entrenador de Kanto pasó a mirar a este nuevo entrenador por el que tenía tantas de conocer. Aparentemente tenía la misma edad que él y, según lo que vio con cómo se comportó con el profesor Serbal, se veía como alguien amable a pesar de esa mirada de pocos amigos que tenía. Entonces, ya decidido, se acercó hasta Paul para presentarse y conversar con él.

—Hola, me llamo Ash Ketchum. Mucho gusto —saludó animadamente el azabache ofreciéndole al pelimorado la mano.

El de Rocavelo volteó ligeramente su cabeza hacia el azabache, viéndolo desde el rabillo del ojo, para ver cómo este le tendía la mano para saludarlo, pasando después a mirarlo con cierto disgusto.

—¿Qué quieres? —cuestionó tajantemente Paul sin corresponder el saludo del de Kanto.

Aquel gesto por parte del muchacho descolocó al de Pueblo Paleta, pues esa actitud tan antipática con la que se dirigió a él no era nada parecida con la que tuvo con el profesor, una amable y claramente educada.

—¿Qué pasa? —preguntó Ash confundido por la actitud del pelimorado—. Solo te quiero saludar.

—Lo único que estás haciendo es molestarme, así que déjame en paz —señaló fríamente Paul, para luego con su mano golpear la del azabache, rechazando así cualquier tipo de interacción con este.

Aprendiendo a amarte (PAUSA/EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora