—Elekid, terminemos de una buena vez con esto. ¡Karatazo!
El pokémon eléctrico se aproximaba velozmente a Pikachu preparándose para golpear a este último.
—¡Pikachu, debes levantarte una vez más! ¡Sé que puedes!
El pequeño pokémon ratón eléctrico con las pocas fuerzas que le quedaban se puso por última vez en pie, exhausto, pero debía hacerlo, debía terminar con este combate.
—¡Eso es! —vociferó Ash.
Pero no podía usar un ataque como impactrueno o ataque rápido, pues Elekid ya estaba demasiado cerca, solo le quedaba una opción.
—¡Usa cola de hierro!
En el último segundo Pikachu fue capaz de moverse una vez más, logrando conectar su ataque contra su adversario, golpeándolo en un costado de su dorso. No obstante, eso no sería suficiente para frenar al pokémon de Paul, que con pura fuerza de voluntad fue capaz de darle de lleno un potente karatazo al pokémon ratón eléctrico.
Ambos pokémon eléctrico estaban sumamente cansados y dañados por la ardua batalla. Cada uno estaba en una esquina del campo de batalla, se miraban de manera retadora el uno al otro, tenían una respiración demasiado agitada y pesada por el cansancio. Tanto Ash como Paul eran conscientes del desgaste de sus pokémon por la batalla, ya no podían atacar, solo esperar a ver qué sucedía. Para sorpresa de todos, los pokémon cayeron rendidos a la vez, dejando en claro el resultado del combate.
—¡Tanto Pikachu como Elekid ya no pueden seguir luchando, lo que significa que la batalla termina en un empate! —señaló Brock, dando fin a la batalla.
En silencio y con una cara seria, más de lo normal en él, Paul regresó a su pokémon a su pokéball. Frustración, eso era lo que sentía en esos instantes el entrenador. Por consecuencia, terminó por apretar con fuerzas la pokéball, para luego soltar un largo y pesado suspiro, logrando calmarse un poco y relajando su agarre.
—¡Pikachu! —preocupado por el estado de su compañero, Ash se acercó velozmente a él. Una vez estando con su pokémon, lo levantó del suelo cargándolo entre sus brazos—. ¿Estás bien, amiguito? —debido al cansancio, Pikachu asintió pesadamente con su cabeza, aliviándolo un poco—. Diste lo mejor de ti, Pikachu.
Ya con el combate entre ambos entrenadores finalizado, el Profesor Serbal y Dawn, que se encontraba junto a Piplup, se acercaron hasta el centro del campo de batalla, reuniéndose con ambos entrenadores y Brock.
—Esa fue una gran batalla, Ash —mencionó Dawn, posicionándose a la par del chico—. Estuviste grandioso, Pikachu —con su mano delicadamente acarició la cabeza del pokémon eléctrico, sacándole una leve sonrisa.
El entrenador no emitió palabra alguna, solo se quedó en silencio con la mirada perdida, acto que atrajo la atención de sus amigos, sobre todo la de Brock. Sin miedo alguno, el criador pokémon se atrevía a decir que era una de las personas que mejor conocía a Ash, pudiendo así distinguir con facilidad el estado anímico de este último. Queriendo ayudarle a su amigo, Brock pretendía acercársele, pero el profesor Serbal se le adelantó en ello.
—Espero hayan podido resolver sus diferencias con ese combate, jovencitos —fue lo primero que dijo el profesor—. Ash, has hecho un trabajo perfecto criando y entrenando a tus pokémon, sobre todo a tu Pikachu. Felicidades.
—Gracias, profesor Serbal —se limitó a agradecerle.
Algo no andaba bien con el chico de Pueblo Paleta, y Dawn lo sabía, pues su voz se escuchaba más apagada de lo habitual, y esa sonrisa... se notaba a lo lejos que la estaba forzando.
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Aprendiendo a amarte (PAUSA/EDICIÓN)
Fanfiction¿Amor? ¿Qué es exactamente el amor? El amor jamás ha sido un sentimiento fácil de explicar para las personas, y mucho menos para un adolescente como Ash Ketchum, un joven entrenador pokémon que durante su corta vida se ha dedicado a recorrer el mund...