¡General Casémonos!

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He Feng se repitió bruscamente en el teléfono otra vez: "No hagas nada estúpido. ¿Estás en la oficina? Iré a buscarte ahora."

Fang Ya sonrió y dijo: "¡No te preocupes! ¡Estaré bien!"

Después de que Fang Ya dijo eso, colgó el teléfono.

He Feng miró el teléfono con sorpresa. Después de un largo tiempo, se apresuró al recinto del gobierno.

El guardia de seguridad vio a He Feng entrar corriendo y se adelantó para detenerlo.

He Feng no dudó en levantar la insignia de oficial de policía que tenía con él. "¡Policía!"

El guardia de seguridad se sorprendió y rápidamente retrocedió unos pasos para dejar paso a He Feng.

He Feng corrió rápidamente a la oficina de Fang Ya, solo para ver que la puerta estaba cerrada.

Él Feng se sorprendió. Volvió a marcar el número de Fang Ya, pero nadie respondió.

He Feng estaba ansioso. Mientras marcaba el número de Fang Ya, caminó hacia la sala de seguridad en la puerta.

La intención de Fang Ya había sido muy obvia. Quería enfrentarse al pez gordo detrás de escena.

Sin embargo, dado que esta persona todavía se estaba escondiendo, debe tener sus propias intenciones.

Esto fue imprudente y escandalosamente peligroso por parte de Fang Ya.

He Feng no sabía cómo detener a Fang Ya.

Fang Ya caminó solo por el edificio de oficinas y llegó a la sala de archivos en la parte trasera.

Había documentos importantes que se habían guardado en las oficinas gubernamentales a lo largo de los años.

Fang Ya caminó hacia uno de los archivadores y se estiró para sacar un sello cuadrado de una pequeña caja.

Mientras sostenía el sello en su mano, una sonrisa apareció en la comisura de la boca de Fang Ya.

Nie Jun le había revelado la ubicación de este sello. Había sido plantado allí para atraer a la persona detrás de escena.

Fang Ya entró en la oficina y vio la puerta ligeramente abierta. Una fría sonrisa colgaba de la comisura de su boca.

Abrió la puerta y entró en la oficina, solo para encontrar una pila de documentos esparcidos por el suelo.

Fang Ya caminó hacia su escritorio y recogió los documentos dispersos en el suelo.

En ese momento, Li Meng se acercó. Cuando vio a Fang Ya en cuclillas en el suelo, preguntó sorprendida: "Hermana Fang Ya, ¿qué pasó?"

Fang Ya sonrió y miró a Li Meng. "Nada. Probablemente alguien estaba investigando y lo estropeó".

Li Meng levantó las cejas y le dijo a Fang Ya: "Hermana Fang Ya, no sé cómo puedes mantenerte tan tranquila. Si fuera yo, probablemente regañaría a esa persona hasta la muerte".

Fang Ya negó con la cabeza y dijo: "¿Por qué estás aquí?"

Li Meng sonrió apresuradamente mientras recogía el documento en sus manos. "Hermana Fang Ya, ¿cuándo crees que puedes ver al secretario Nie? Ayúdame a traer este documento".

Fang Ya miró el documento y dijo: "Ponlo sobre la mesa primero. Le echaré un vistazo más tarde.

Al escuchar eso, Li Meng frunció el ceño levemente, pero aun así sonrió y dijo: "Está bien, lo pondré aquí. Echar un vistazo."

Fang Ya asintió e ignoró a Li Meng.

Las manos de Li Meng se habían cerrado en puños, pero sabía que tenía que mantenerse firme cuando se enfrentaba a Fang Ya.