~Diego pov~
—Diego. Llevamos casi diez minutos cenando y no has dicho ni una sola palabra ¿Pasa algo?— preguntó papá, suspire y traté de hablar pero, papá me quitó la palabra de la boca —Y no digas que no pasa nada. Te conozco y no es necesario que mientas— por una parte odio que papá se de cuenta cuando tengo un problema, tal vez soy yo que se lo doy a demostrar quedándome callado por mucho tiempo.
—He....— le conté a papá el desastre que causó Carlos hoy en la escuela sin saltar ninguna parte de la historia a lo que papá respondió.
—Imagino cómo debe estar ese jovencito ¿cómo me dijiste que se llama?— pregunto.
—Nicolás. se llama Nicolás, y si papá, Nicolás en estos momentos esta tan mal que ni siquiera quiere verme— suspire y puse mis manos en mi cabeza —y lo entiendo, soy el mayor culpable de lo que está pasando por no haber puesto a Carlos en su sitio desde un principio y también por no haber defendido a Nicolás en el momento en que Carlos lo humilló delante de toda la escuela. Hoy le iba a pedir que fuera... ya sabes, que fuéramos más que amigos pero, Carlos arruinó todo—
—Escúchame atentamente Diego— dijo papá tomando mi mano —no dejes que este tipo de problemas arruinen tú oportunidad de ser feliz, siempre habrán personas que querrán que no seas feliz con la persona que quieres ser feliz ¿entiendes? Así que mañana cuando llegues a la escuela hablaras con Nicolás le dirás que tú no tienes nada que ver con lo qué pasó y le pedirás que sea tú novio OK—
—Y... ¿si no quiere oírme?— dije con algo de tristeza.
—Quien insiste, siempre gana. Así que insiste hasta que te escuche— papá se levanto de la mesa se acercó a mí y me rodeó con un abrazo—te amo—
—Yo también te amo papá— respondí mientras correspondía el abrazo.
~Nicolás pov~
Después de varias horas aún seguía encerrado en mi habitación cuando de repente tocaron la puerta.
—Nicolás... ¿hijo estás bien?— preguntó mamá mientras intentaba abrir la puerta para entrar a mi habitación.
—Si mamá. estoy bien— respondí retirando rápidamente las lágrimas de mis mejillas.
—La cena ya está lista. Ven a cenar— la voz de mamá se escucha algo preocupada. quizás si lo está, ya que llevo varias horas encerrado que no me había fijado que ya era de noche.
—07:23 pm— suspire —Lo siento mamá, no tengo hambre—
—Pero... mi gordito, no has comido nada desde que llegaste de la escuela—
—Mamá. Estoy bien si, quiero estar solo— respondí con un nudo en la garganta que casi rompo en llanto.
—Está bien hijo. Te amo— termino diciendo mamá antes de retirarse de la puerta. Me levanté de la cama y camine hasta mi closet en busca de la caja musical que me regalo Diego. En estos momentos necesito de su compañía pero, no puedo tenerlo cerca de mi, ni ahora ni nunca. El estar cerca de el es lo mejor que me ha pasado en la vida pero, también me ha traído muchos problemas con el desquiciado de Carlos y ahora problemas con mi familia. Abrí el cofre y la música de cuna comenzó a sonar, me miré al espejo y cerré mis ojos para pensar en el. En su sonrisa, sus ojos que me miran con picardía y esa voz tan varonil con la que habla, abrí mis ojos y salí de mis pensamientos dejando de pensar en el, cerré el cofre, la música de cuna dejó de sonar y llevé el cofre al sitio que corresponde y me fui a mi cama.
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Mi gordo hermoso (EN CURSO)
Teen FictionNicolás González se incorpora a una nueva escuela donde recibirá burlas y humillaciones de parte de algunos de sus nuevos compañeros de clases por ser un adolescente obeso y gay. Pero, también conocerá el amor y problemas que jamás tuvo en su antigu...