capítulo 22: El robo del pañuelo rojo.

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~Thomas pov~

He salido de las practicas de fútbol, pase el resto de la práctica muy relajado ya que tenía lo que necesitaba y pude desenvolverme bien, pero ahora debía resolver algo.

Debo pedirle perdón a Alicia por el empujón que le dí en el momento en que causé el accidente de Nicolás.

Quizás Alicia este molesta conmigo, pero sé que eso se le pasará y nos contestaremos nuevamente. Aunque en el resto del día no me dirigió la palabra, a parte se sentí lejos de mí.

Saqué mi teléfono marqué al número de Alicia, llamé tres veces, pero nunca contesto.

-Voy a tu casa así no me quieras contestar el celular- dije a la nada y caminé hacia la casa de Alicia.

Después de varios de camino, ya estaba afuera de la casa de Alicia, toqué el timbre varias veces... Al rato abrieron la puerta.

-mi amor yo....- creí que era Alicia quien abría la puerta, pero pude ver qué era la abuela... Así que corte lo que quería decir.

-¡Señora!- dije apenado -¿Se encuentra Alicia?- pregunté.

-si... está en su habitación, no ha querido salir de allí desde que llegó de la escuela. Voy a decirle que viniste a buscarla a ver si así sale de ese lugar- dijo esa señora mayor con ojos super pequeños.

-pasa adelante Thomas, no te quedes en la puerta-

-Si... lo siento, estaba pensando en algo- dije al pasar y luego cerrar la puerta.

Después de varios minutos de esperar sentado en el mueble. La abuela de Alicia volvió a dónde yo estaba.

-¡Thomas!- dijo la mayor.

-¡Diga!- respondí.

-Alicia dijo que no se siente bien y no quiere hablar con nadie dijo algo apenada pues se le notaba en la cara.

-Bueno, está bien ¿Podría decirle que hablamos mañana en la escuela?-

-Claro. Yo sé lo digo-

-muchas gracias- termine diciendo. Abrí la puerta y me fuí a mi casa.

~Nicolas pov~

-Buenos días mamá- dije al llegar a la cocina y verla preparando el desayuno.

-Buenos días mi amor- me dijo mientras seguía en lo suyo -como amane....- me miró y me confusa y preguntó -¿De verdad vas a ir a la escuela con el brazo enyesado?-

-HE... si, mamá soy ambidiestro, puedo escribir con esta- respondí mientras daba movimiento al brazo que no está enyesado.

-Esta bien, Pero recuerda que tienes un reposo y si gustas... puedes cumplirlo y quedarte en casa descansando-

-Si mamá... ya lo se- rodeé los ojos -Cambiando de tema ¿Cómo dormiste?- pregunté.

-casi no dormí anoche- dijo mamá mirando hacia la nada.

Me acerqué y la abracé -lo siento- le dije.

-tranquilo mi amor... ahora desayuna o vas a llegar tarde a la escuela- corté el abrazo comencé a desayunar.

-por cierto... olvide contarte algo, mi amor- mamá se acercó a la mesa con una sonrisa, tomó asiento junto conmigo.

-¿Qué pasó ahora?- pregunté algo confuso, aunque me siento contento al ver a mamá sonreír.

-¿Recuerdas a tú madrina carlota?- preguntó mamá.

-ummm...- pensé -¿Es la que está en Nueva York, no?-

Mi gordo hermoso (EN CURSO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora