En camino.

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Buenas tardes, con todo el positivismo de empezar a pasar esta historia a esta plataforma.

Espero que disfruten en leerla como yo al escribirla.

Capítulo 1.

Habían pasado 6 meses exactamente, donde cada uno de los guardianes había pasado por pruebas, entrenamientos y situaciones de vida o muerte, sólo para que Dino al final los probara para ver si Tsuna estaba a salvo con ellos, sino el Cavallone se lo llevaba a Italia hasta que ellos estuvieran listos para la gran responsabilidad que implicaba cuidar al décimo de los Vongola.






Aeropuerto internacional de Rusia en St. Petersburg.

- Has completado tu entrenamiento como guardián de la lluvia, más vale que no me hagas quedar en ridículo niño, de lo contrario iré personalmente a buscarte a Japón para asesinarte – decía un hombre con una capucha que no dejaba ver más que sus labios moviéndose delante de Yamamoto.

- De acuerdo, ahora es hora de defender a mi jefe – recibió un golpe intenso, pero lo detuvo de inmediato

- Bien hecho, dile a Reborn que lo voy a matar si llega a pisar de nuevo mi territorio – así el hombre desapareció entre una llovizna repentina, que sorprendió a todos en el aeropuerto.

- Bien, Tsuna voy en camino – así subió al avión que lo llevaría de nuevo a casa.







Aeropuerto internacional de África, en Kenia.

- Bien, ahora ve y quema todo a tu paso, no dejes nada con vida y procura siempre estar junto a un elemento fuerte – dijo una mujer a Gokudera de manera amenazante, con un báculo de madera finamente tallado a mano y cientos de símbolos en el mismo.

- No te preocupes me encargare de convertir todo en cenizas – hablo serio el peli plateado, causando un suspiro en las chicas que lo veían caminando junto a la voluptuosa mujer de cabello negro.

- Bien, toma te servirá contra el hombre de las tonfas – le entrego el báculo que traía consigo, Gokudera lo tomó y se dio la vuelta caminando hacia su destino.

- No llores por mí ausencia – la mujer le lanzó un dardo, pero Gokudera lo detuvo con el báculo.

- Demasiado lenta – la mujer sonrió y desapareció entre las sombras.








Aeropuerto internacional de Colombia, en el Amazonas.

- Lárgate me estorbas – pronuncio el hombre de pequeña estatura, pero de gran fuerza.

- No planeaba quedarme – decía Hibari de manera seria mientras caminaba a la entrada del avión.

- Genial, a por cierto me debes dinero por sacarte del pantano – Hibari trató de patearlo, pero el hombre lo esquivo con facilidad quedando de cabeza en el techo – eres débil, procura no perder tan rápido – y así como si se fusionará con la pared desapareciendo de la vista de Hibari.

- Maldito – así camino de nuevo hacia la entrada del avión.








Aeropuerto internacional de la India, en Chhatrapati Shivaji

- Maldito calor del demonio, me alegra largarme de aquí – dijo Mukuro con solo una toga como ropa porque su ropa que generalmente usaba no la podía aguantar por el calor que hacía en ese lugar.

- Perfecto al fin pasaron los 6 meses ya no te soportaba – dijo el hombre con una falda con piel tostada y grandes músculos.

- La próxima vez que venga me encargare de convertir tus sueños en una pesadilla – dijo en un susurro Mukuro.

- Inténtalo y sabrás el verdadero poder de la meditación – así se fue caminando, pero mientras pasaba el hombre todo el mundo le hacia una reverencia.

- Patrañas budistas, pero ahora sé que puedo vencer a todo aquel que intente quitarme a mi Tsunayoshi – sonrió con cierta maldad.








Océano Pacífico... En algún lagar en medio del mismo.

- Bien, hemos descansamos suficiente, así que continúa nadando sólo te quedan 2 días para llegar y aún estamos lejos – dijo una mujer desde el aire, montada sobre un pájaro enorme de color negro.

- Segura que es por aquí maestra, no reconozco estas Islas – dijo Ryohei sobre una roca volcánica a la mitad de la nada.

- Jamás dudes de la orientación de mi compañero – acarició a la majestuosa ave en la que estaba montada desde hacía poco menos de 6 meses.

- Bien, ahora ¿por dónde Wut? – le preguntó al ave que empezó a elevar sus alas para empezar a volar y mostrarle el camino a Ryohei.








Aeropuerto internacional de Texas, en Texas.

- Bien niño ahora sabes más sobre tu habilidad, así que no me decepciones – habló un hombre muy grande que andaba cargando a Lambo hacia la puerta del avión, como un abuelo con su nieto.

- Hai, Lambo – san no va a perder contra nadie muajajajaja – se reía aun como niño chiquito chupando una paleta enorme que le había dado el hombre.

- Bien, aquí empieza tu viaje pequeño, vuelve cuando quieras – Lambo se puso triste porque aquel hombre lo había tratado muy bien, al igual que Tsuna, lo había protegido y le había enseñado a mejorar su conducción y también sabía más sobre su rayo, las tormentas de Texas eran famosas por tener truenos y relámpagos sin contar sus huracanes que habían puesto al niño en aprietos, pero el señor le había enseñado mucho.

- Muchas gracias O-san – lo abrazo fuerte y subió al avión triste por separase del hombre.

- Adiós pequeño – así el hombre desapareció en un destello de luz y luego en el lugar retumbo como un trueno.



Así todos los guardianes empezaron a reunirse en Japón donde Dino Cavallone decidiría si eran dignos de cuidar a su hermanito o mejor él se lo llevaba a Italia para cuidarlo de la manera correcta.

Continuara...


Batalla por el cielo (Yaoi 18+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora