Preludio.

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Es corto, pero básicamente une el final de la historia.

Espero que disfruten en leerlo como yo al escribirlo.


Capítulo 11

Ryohei corrió al encuentro de Tsuna para poder ayudar a Hayato, mientras Mukuro en la lejanía creaba una ilusión para que no muriera por la falta de sangre, mientras Hibari continuaba lejos de Tsuna, seguramente por lo que le había pasado a Hayato no iba a querer verlo en ese momento así que no hizo ningún movimiento para no hacerlo enojar.

Al cabo de unos segundos cuando Ryohei curaba a Hayato, llegó el equipo de paramédicos y empezaron a atender a la peli plata mientras Tsuna lloraba en los brazos de Dino, no quería ver a sus guardianes sufrir, pero parecía una maldición todo lo que estaba pasando, así que siendo sostenido por Dino se dio a la tarea de perseguir a su guardián para ayudarlo a recuperase de manera rápida, dejando atrás a Hibari junto a sus demás guardianes

- Vaya... de verdad que supo darte pelea ¿no crees, Kyouya? – preguntó Dino a su alumno, Hibari no contestó nada y se fue sin decir nada a nadie desapareciendo entre los campos de batalla que había presentes – vaya que feo es perder cuando ganas – mencionó de manera seria y siguió a Tsuna junto a los demás guardianes.

Dino sabía que Hibari había dado todo de sí y no había recibido ningún reconocimiento, al contrario, ahora Tsuna estaba más pegado a otra persona, lo cual estaba más que seguro que causaba muchos celos en todos los guardianes, Dino sonrió, quien hubiera dicho que esa prueba apegaría más a Tsuna con sus guardianes, le agradaba que fuera a pegados a ellos, pero no al punto de que ahora fueran inseparables, eso lo ponía celoso ¿a cuál de sus guardianes elegiría? ¿A quién tendría que matar en silencio para qué no se le acercara a su hermano?... era la peor de las incertidumbres que había vivido.






Al llegar al hospital Tsuna dejó que se hicieran cargo de Hayato junto a Ryohei, pero aun así parecía león enjaulado porque estaba muy nervioso y estresado, su guardián había sufrido mucho últimamente y ahora esa batalla con Hibari seguramente lo pondría peor.

Tenía ganas de entrar y ayudar a su mano derecha, pero no podía hacer nada, solo sería un estorbo y ahora tenía ganas de matar a Dino por hacer esa prueba ¿Por qué tenían que mostrar su fuerza? Ahora por culpa de eso, todos habían salido heridos y Hayato estaba en urgencias muy lastimado.

- Vamos Tsuna... si pones esa cara Gokudera se va a entristecer mucho – habló Yamamoto que quería ver más animado a su jefe.

- Lo sé, pero me siento tan mal, por mi culpa a pasado esto – dijo con las lágrimas corriendo por sus mejillas, haciendo que todos sintieran ternura extrema por las expresiones en su rostro.

- Vamos Tsuna Ryohei lo curó y Mukuro le colocó una ilusión para que no pasara a mayores, no dudes de tu familia ahora – Tsuna vio con admiración a Yamamoto y lo abrazó, en definitiva, no sabía que haría sin su guardián de la lluvia.








Al cabo de 30 minutos el docto salió avisando que Hayato estaba bien, no había pasado a mayores y sólo había necesitado una pequeña transfusión de sangre de urgencia, lo cual ayudó a que Tsuna se calmara un poco y así pudiera pasar a ver a su amigo, haciendo que varios se pusieran celosos por la atención que recibía ahora el peliblanco por parte del castaño.

- Tsuna... ya es muy tarde, deja descansar a Gokudera – habló ahora Reborn para agarrarlo por el hombro y tratar de llevárselo a lo que Tsuna se despidió de su mano derecha y sonriendo fue escoltado por Reborn a la entrada donde estaba Hibari parado hablando con un doctor, Tsuna al verlo se sintió el peor jefe de la historia, se había fijado tanto en Hayato que había olvidado por completo que Hibari también tenía ciertas heridas que tenía que curar.

- Hibari – san – corrió a su encuentro y el otro solo lo vio de manera fría porque aún no podía creer que hubiera preferido a un herbívoro antes que a él.

- ¿Qué quieres herbívoro? – habló de manera dolida, pero a la vez fría para que no notara sus sentimientos.

- Mmm... ¿Cómo te encuentras? – se sintió estúpido al preguntar eso.

- Bien – y así como contesto se fue, no quería ver a ese castaño que le provocaba tantas emociones innecesarias para un carnívoro como él.

Tsuna vio a Hibari irse y se sintió peor que la basura de la pata de la cucaracha, había sido un mal jefe, se había olvidado de una parte importante de su familia y para colmo a pesar de que le dolía en el alma había ganado honestamente y no lo había felicitado.

- Vamos Tsuna - dijo Reborn con cara molesta... ¿Por qué su alumno le importaba tanto ese mocoso? – tenemos que ir a casa, mamá quera saber de ti.

Así Tsuna siguió a Reborn aun con un espantoso sabor de boca, debía de hablar mañana con Hibari a como dé lugar, debía felicitarlo es lo único que podría hacer por esos momentos.

Continuara...


Batalla por el cielo (Yaoi 18+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora