día cinco.

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- ¿Sabes? Me enteré que por aquí hay un parque que la gente suele visitar a menudo.

- ¿Qué esperamos para ir?

- Andy, muero de calor y el interior del auto debe estar aún más caliente.

- Ujum...¿Entonces por qué me estás abrazando?

- Cierra la boca, sólo...quiero estar así.

El clima era caluroso, así que Ari no quería salir de la habitación ya que dentro de ella había aire acondicionado.

- Ari, tengo calor, sueltame.

- No, no lo haré.

Intensificó más el abrazo.

- Te haré cosquillas y tú odias eso.

- También odio el calor y por ti estoy aquí.

Andrés se sonrojó un poco, era cierto que de entre las miles de cosas que Ari odiaba la número uno era el calor y en segundo lugar estaba la playa. Aún con eso, llevó a su novio hasta ese lugar porque sabe que él, a diferencia de Ari, ama el mar.

- Ari yo....quiero decirte algo.

Andrés lo abrazó y se acurrucó en su pecho. Gonzalo lo miró, quería que le dijera que fue una mala idea el terminar.

-...Vayamos a desayunar ¿sí?

- Ah...vale, está bien.

Ambos miraron hacia otro lado y se levantaron de la cama tan rápido como les fue posible.

- Es extraño ¿no?

- ¿A qué te refieres, Gonza?

- Que...hemos estado aquí dos días y ni siquiera hemos pisado el mar.

- Jaja, realmente no tengo ganas de entrar al agua y todo eso.

- Si a ti te encanta.

- Desde ahora será un recuerdo un tanto amargo.

Soltó una leve risa y miró al horizonte por su ventana, extrañaría al pelirrojo, lo extrañaría más que a nada, quizá lo extrañará tanto como el pelirrojo a él.

Ambos se convencían de algo: si él es feliz, yo lo seré.

¿Así se sentía el amor?

Seven Days.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora