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Gojo tocó la puerta de la improvisada habitación de megumi. Por alguna razón se sentía tembloroso y nerviosos, después de que geto lo regañara por no ser cuidadoso con un niño de la edad de megumi tenía los nervios en su máximo punto.
Ni siquiera sabía que le diría al niño, ¿Perdón? ¿Le prometería cosas que no sabía hacer? Cómo ser un padre responsable, eso no sabía hacerlo.

Era pobre en ese conocimiento, fue criado con sirvientas y rara vez veía a sus padres porque sus trabajos se lo impedían. Incluso para él le sorprendía que megumi aceptará irse con él lo más rápido que pudo. Tenía que aceptar que era un padre terrible, lo peor de todo en su opinión es que el niño no era suyo si no de la perso a qué lo trató matar.

Para su suerte no faltó mucho para que el menor abriera la puerta dejando ver su pelo más desordenado de lo normal.
–hola mocos- detuvo su frase cuando recordó en manotazo que le dió geto al regañarlo por no ser más cuidadoso con alguien como megumi – hola hij... Megumi... ¿Puedo pasar?– no se atrevía a aceptar la realidad de que ahora sería un padre para toda su vida.

El pequeño solo lo miró, tal vez estaba enojado por haber interrumpido su sueño pero gojo sabía que si no hablaba con él en ese momento se olvidaría por completo de todo. El pelinegro se hizo a un lado invitandolo a pasar.
No era tonto, a pesar de su corta edad ya sabía la razón por la que gojo estaba enfrente de él con esa cara de enfermo mental pero sumamente atractivo.

Se subió a lo que ahora sería su nueva cama y miro sus cortas piernas colgar de la cama.
Gojo se sentó a su lado abriendo las piernas sin cuidado invadiendo el espacio personal del niño.
ya sabes porque estoy aquí¿Verdad mocos...megumi?– dijo sin mirarlo. Literalmente se estaba saltando las indicaciones de geto sobre como hablar con un menor – ¿Tienes alguna duda de algo?

–...– el niño no hizo ningún movimiento – porque no me dijiste nada de tsumiki ¡La odié todo este tiempo por nada! ¡¿Porque no me dijiste?!

Mientras el niño parecía querer matarlo a golpes, gojo solo actuaba como si no le importará aún cuando en el fondo de su corazón quería decirle lo mucho que quería al niño, pero era débil solo que siempre lo había disfrazado.– has cambiado desde la primera vez que te ví megumi... Lo hice por tu bien, eres muy pequeño para tener esa clase de presión sobre tí, tienes casi ocho años, aún eres un niño, se que extrañas a tu hermana o a tu mamá y en verdad lo siento por no saber amar de esa forma en la que ellas lo hacían pero en verdad lo intento... Quería que siguieras con tu vida sin preocupaciones, quería que borrarlas a tu padre de tu mente, en algún punto también llegué a desear que quitarás el fushiguro y fueras un gojo pero eso también significa poner presión en tí – y fue allí donde por fin despues de días de no mirarlo al rostro lo vió, el niño estaba con ojeras rojas y sus ojos pequeños hinchados, desearía quitar todo eso pero no sabía cómo hacerlo. Era como si una barrera se interpusiera en ser un buen padre– perdón...

ES A BASE DE NIÑOS [AU SATOSUGU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora