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Rodrigo e Iván se conocían desde hace 9 años. Se podría decir que eran mejores amigos, o así lo veía Iván; desde que lo conoció aquella noche en la Casa Rosada, ambos se dieron consejos mutuamente y comenzaron a salir más. El azabache al ser de Santa Fe no conocía Buenos Aires, por lo que no solía salir de su casa...o bueno, eso fue hasta conocer al oji-verde, quien siempre lo ayudó y apoyó en todo, incluso en conocer el lugar en donde vivía.

Iván jamás lo dijo en voz alta, ni tampoco lo diría porque era demasiado tímido e introvertido, pero realmente le tenía mucho aprecio al castaño. Demasiado aprecio; a decir verdad, ni siquiera el entendía en qué momento lo empezó a querer tanto.

Lo mismo le pasaba a Carrera, solo que...tal vez su aprecio iba más allá de la amistad. El castaño era todo lo contrario al azabache; extrovertido, sin pena de decir lo que piensa...ni siquiera le asustaba la idea de tener que demostrar lo que sentía por las personas. Un claro ejemplo de eso es lo que siempre sucede con sus amigos; les dice "te amo", los abraza, simplemente no le importa lo que digan los demás. Y así fue como Iván, tan metido en sus pensamientos al igual que siempre, se dió cuenta de dos cosas:

1-Ultimamente pensaba muy seguido en Rodrigo.

2-Había chocado con alguien.

-¡D-Disculpa, no me fije por donde caminaba!, ¿Estás bien?.-Dijo apenado el azabache viendo a la persona con la que se había chocado.

-Sí, la pregunta es si vos estás bien, pedazo de retrasado mental.-Iván al instante notó que con quien se había chocado era nada más y nada menos que el dueño de sus pensamientos; Rodrigo.

-¡Rodri...!.-No le dió tiempo a hablar ya que el mencionado lo abrazó. El azabache por su parte se limitó a darle dos palmadas en la espalda y luego se separaron, al igual que siempre.

-Bue amigo, no me demostras nada de cariño.-Dijo quejándose en broma el castaño; casi al instante empezaron a caminar a sepa uno dónde.

-Perdón, no soy fan del contacto físico y lo sabes.

-Tranqui, estaba jodiendo...¿Ibas a algún lado?.-Iván tuvo que agachar un poco la cabeza para poder verlo; medía aproximadamente 1.80 mientras que el castaño medía 1.64.

-No, solo salí porque me encanta pasear en vez de estar tirado en mi casa.-Dijo con obvio sarcasmo el azabache.

-Bueee, me estás re bardeando, era una pregunta nomás, no te enojes.

-No me enojé...

-Parece que si.

-Siempre parezco enojado, Rodrigo.

-...bueno, es verdad...en fin, ¿A dónde ibas?.

-A comprar algo de comer.

-¿Te acompaño?.-El oji-verde se paró frente a el.

-Eh...bueno, si vos queres...-Evitó mirarlo; los ojos verdes del castaño tenían algo que hacia que se le pusieran los pelos de punta y sintiera los nervios jugar en su estómago. Tal vez era porque no era muy común encontrarse a alguien con ese tinte, o porque siempre tenían un pequeño brillo; quizás porque siempre demostraban algún tipo de emoción, o por lo grandes que eran y por lo tanto el color resaltaba más, la piel tirando a pálida, sus ojeras...algo los hacía resaltar, e Iván los adoraba sin ninguna duda.

-Bueno, vamos entonces.-Se pusieron en marcha nuevamente.- Y, ¿Cómo estás?, ¿Todo bien?.

-Sí, todo bien, ¿Y vos?.

-Bien, bien...-Iván notó algo extraño en el tono de voz del contrario; estaba más apagado, y eso no era normal en el. Si se escuchaba así, era solo por dos cosas: Cansancio o dolor.

High and small boys.|| Rodrivan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora