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A la mañana siguiente, Rodrigo despertó antes que Iván; no pudo evitar mirarlo durante unos segundos, admirando las facciones del chico, lo calmado y tierno que se veía. Una de las cosas que más amaba de su rostro eran, por alguna razón, sus largas pestañas.

La puta madre, no puedo ser tan gay y amarlo tanto, pensó el oji-verde. Es muy bonito para existir, no se vale...
Al no saber que hacer, cerró los ojos, sintiéndose protegido entre los brazos del azabache. Se acomodó lo mejor que pudo para estar más pegado a el, intentando no despertarlo en el proceso, pero un leve quejido le indicó lo contrario; abrió los ojos y observó que Iván se estaba despertando.

-Buenos días...-Dijo con voz grave y ronca el azabache, cosa que hizo que al castaño se le pusieran los pelos de punta.

-Buenos días...-También tenía la voz un poco ronca.- ¿Dormiste bien?.-El más alto asintió, a lo cual se formó una pequeña sonrisa en el rostro del castaño.- Me alegro.

-¿Y vos?.

-¿Yo qué?.-Estaba atontado por no estar del todo despabilado...y también por la cercanía con Iván. Sí, adoraba el contacto físico y más si era con el, pero si era excesivo exclusivamente con el azabache, se ponía nervioso y no pensaba con claridad.

-Si pudiste dormir, tonto.

-Ah...sí, sí, pude.

-Che, ¿No nos tendríamos que levantar?.

-Mhh...-El castaño volvió a cerrar los ojos.- Me da paja...a menos que me cocines algo.

-¿Y por qué te cocinaría algo?.

-Porque tengo hambre.

-Jodete.

-Hijo de puta.

-Comeme a mí de última.-Abrió los ojos para verlo; Rodrigo al escucharlo decir eso alzó una ceja y lo miró de forma exagerada, solo que poco a poco esa mirada comenzó a desaparecer porque la contraria lo estaba poniendo demasiado nervioso.

Los ojos de Iván eran oscuros, y en ese momento lo miraba de forma tan seria que, de no ser por el autocontrol del oji-verde, se pondría a temblar.

-¿Te pongo nervioso?.-Habló en voz baja el azabache, causando que su tono sea aún más ronco y grave.

-No...-Mintió Rodrigo.

-Entonces, ¿Por qué me miras así, eh?.

-Ah...¿M-Mirarte cómo?.-El contrario rió levemente, dejando ver su preciosa sonrisa que puede derretir el corazón de cualquiera, incluso de la persona más heterosexual del mundo.

-No importa, mejor vamos a comer algo porque a mí también me agarró hambre ahora.-Dicho esto, se levantaron y se dirigieron a la cocina.- Che, ¿Salen unos capelettini?.-A Rodrigo le causó gracia el acento de su amigo.

-Dejame de joder con esos fideos amigo, ¿Qué clase de obsesión tenés?.

-Me gustan...

-Sí, se nota. Te gustan más que mí pija.

-Sí.-Respondió sin pensar el azabache, hasta que segundos después se dió cuenta de lo que acababa de decir.- No, para, así no era...-El castaño rió y su risa logró contagiar al contrario.

-Ay dios...dale, ¿Qué comemos?.

-No sé, lo que vos quieras.

-Hmmm...¿Y si hacemos panqueques?.-Miró al más alto y este asintió.

-¿Tenés las cosas para hacerlo?.

-Mhm.

-Bueno, dale entonces.

-¡Para, ¿Te pensás que soy tu sirviente?!.-Se cruzó de brazos indignado.

-Bue...-Rodó los ojos ignorando por completo el comentario de su amigo, quien solamente lo seguía mirando.- No sé cómo se hacen, así que lo mínimo que puedo hacer es...buscar las cantidades de las cosas e ir diciéndote.

-Bueno, peor es nada.-Murmuró Carrera para si mismo.

Al final, tuvieron que pedir comida a domicilio porque les salió todo mal.

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Hice este capítulo a las apuradas (son las 02:47 AM en Argentina), mil disculpas. Anyways, espero que les haya gustado.

Por cierto, hagan de cuenta que Spreen miró así a Carre:

Por cierto, hagan de cuenta que Spreen miró así a Carre:

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Sin más que decir, me despido.
Cuídense, ¡Bay! <3.

Actualización cada fin de semana y/o cuando puedo.

High and small boys.|| Rodrivan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora