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19 de febrero. 2:14 am.
Polera, Enfermero de Respuestas
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La chica de pétalos dorados y polera extraña no dejaba de mirarme con esos ojos pacíficos y esa sonrisa tan cálida y apacible.
Pacifismo. Durante toda mi existencia, nunca había encontrado un solo mísero y diminuto ejemplo de esa palabra. Toda mi vida había sido dolor y sufrimiento. Nunca había experimentado un solo "No quiero hacerte daño" en toda mi vida, hasta ese mismo momento.
Mis recuerdos en ese preciso instante eran difusos. No podía recordar absolutamente nada de lo que había ocurrido hasta hace poco con esos zombis. Mi único recuerdo, una vaga figura sombría de un hombre con barba y algo extraño en la cabeza.
De mi mente, absolutamente nada más se esclarecía.
Observé a la girasol nuevamente. A diferencia de todo lo demás, no podía seguir con un solo sentimiento de ira o enfado por ella. Es más. De cierta forma, en mí habitaba un sentimiento de seguridad al verla a los ojos. Un sentimiento de que alguien tan alegre y amable no podría siquiera intentar hacerme daño.
En mí solo había espacio para un solo sentimiento: Pavor. Durante toda mi vida lo único que me daba pistas de que yo aún respiraba era el miedo que sentía. Lo único que recordaba, lo único que no era para nada difuso, eran los sentimientos de dolor, ira y miedo que me sometían y apresaban de una manera horrible y horripilante en cada acción al parpadear.
Y sin embargo, la confianza que me inspiraba esa girasol solo daba espacio a una cosa: Tranquilidad. Y esa tranquilidad me calmaba. Las plantas eran buenas, ¿no es así? Eso quería decir que esa girasol en concreto era igualmente buena y no podría dañarme, ¿verdad?
Suspiré, y bajé mi brazo en un golpe confiado. Dirigí mi vista hacía los brazos de la girasol y denote como ésta, además de estar totalmente vendada, también temblaba. Me acerque a ella ligeramente y dije unas palabras para tratar de tranquilizarla.
—Ya puedes dejar de temblar. No pienso hacerte daño a ti tampoco. Estamos en paz. Solamente quiero saber dónde me encuentro.
—Estás en L.E.A.F. Somos una línea defensiva contra las fuerzas zombi en Neighborville. Nuestra misión es proteger a los nuestros y defender a los humanos.
L.E.A.F. Me sonaba ese nombre. Pero no lograba recordar bien qué ni por qué me sonaba exactamente.
—Yo, soy una soldado "elite" que llamó una ambulancia para que te trajeran hasta aquí y te trataran —Dijo la girasol en un tono confiado y seguro, levantó la mirada y me observó con una expresión sarcástica pero divertida: yo era ligeramente más alto que ella. Y me dijo —Ahora que ya te conté lo que me pediste, ¿qué tal si tú me cuentas qué hacías en aquel barrio tan peligroso, Polera?
—Yo... —Suspiré, no tenía ni idea de por qué me encontraba en ese lugar —No lo sé, todo es tan borroso y confuso. Quisiera poder acordarme de algo antes de estar en ese maldito callejón.
—Ya, ya. Cálmate. Lo importante es que ahora te encuentras a salvo –Dijo la mirasol, antes de acercarse un poco más —Nadie podrá volver a siquiera tocarte. Te lo garantizó, Polera.
No pude evitar esbozar una pequeña carcajada. La girasol seguía llamándome "Polera" de manera no irónica y de forma segura.
Aunque, para ser sinceros, ni yo sabía mi nombre real, si es que acaso tenía o tuve alguno. Por lo que el que me llamará Polera era algo no me molestaba para nada. Incluso me agradaba el nombre, si en ese momento me sinceraba con mi persona.
—Entonces, Solar Flare. ¿Qué se supone que tengo que hacer ahora? ¿Tengo que pagar alguna cuenta médica?
—Para nada. La atención médica es completamente gratuita. Nos solventamos con las diversas donaciones que se nos otorgan y gracias a eso podemos permitirnos atender a nuestros pacientes sin tener que realizarles algún tipo de cobro.
Sonreí. Aquella planta me estaba empezando a agradar. Volteé mi vista hacía la ventana, denoté que aún era de noche. Procedí entonces a preguntarle la hora a mi contraria, y me enteré que eran las dos de la mañana y que ya era demasiado tarde como para siquiera pensar en estar despierto.
Mi miré de reojo. Con razón me sentía cansado. Voltee mi vista hacía la girasol, denotaba ojeras. ¿Había estado todo este tiempo sin dormir para ver por mí?
—¿Cuánto tiempo llevas sin dormir?
—Creo que voy para los 4 días...
—Guau. Eso no es para nada sano.
—Lo sé. Debería de descansar, pero han sido días ajetreados y llenos de sorpresas, Polera. No he tenido tiempo para dormir
Observé sus pétalos. Era un desastre. Era muy extraño. Recordaba, sin saber el por qué, que a las girasoles les encantaba estar perfectas y arregladas. Me acerqué un poco más a ella, y me llevé la mano hacía el mentón. La observé con cierta gracia y abrí mi boca para hablarle de una idea que se me había acabado de ocurrir.
—Creo entonces que hay algo que ambos deberíamos hacer –Dije, con una sonrisa pícara y graciosa.
—¿Qué es lo que se te ocurre, Polera?
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19 de febrero. 2:36 am.
Green Shadow, Ausente, y aún así, perenne
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Me apresuré rápidamente hacía la sala médica. Había surgido un imprevisto y había tenido que encargarme de un ataque zombi cercano con la mayoría de los empleados.
Corrí hacía la puerta y la abrí rápidamente. Temía que Solar hubiera necesitado de mi ayuda y que no hubiera estado allí para apoyarla.
Cuando entré, lo que vi me calmó de forma tranquilizadora.
Solar dormía apaciblemente en la silla de la habitación. Mientras Hojitas dormía también en su camilla médica.
Sonreí tiernamente y me aproximé a ambos con la intención de llevar a Solar cargada a uno de los dormitorios.
Pero algo me lleno de dudas.
Cuando voltee mi vista hacía Hojitas. Denoté que sus heridas y sus vendas... ¡¿Y-ya no estaban?!
...
¿Q-qué es lo que había pasado aquí?
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🌹 Plants vs Zombies Bitácora SEED #1: Una misión y un rescate. [ Alpha ]
FanfictionCuando buscas en lo fondo de tu corazón, ¿qué es lo que encuentas? Si eres un humano, encontrarás sentimientos escondidos. Si eres un zombi, encontrarás carne y organos putrefactos. ¿Pero qué ocurre si no eres ninguno de ellos? ¿Qué ocurre si tú ere...