Soulmates

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Sigma siempre odio a la persona que lo creo, sin un propósito, sin familia y sin una persona con la cual estar destinado, todo el mundo tenía hilos rojos, las personas al encontrarse con esa persona idea el hilo aparecía frente a ti, pero también al no estar juntos, verías un pequeño hilo rojo buscando la persona con la que se debía conectar.

Pero Sigma no lo tenía, fue hecho sin propósito, sin amor y sin un alma gemela.
Al ser consiente de que nadie podría amarlo de verdad, como todos en algún momento lo abandonarían, encontrarían a su alma gemela y entonces vivirían juntos para siempre. Sigma no entraba en esa ecuación, era una persona solitaria, por mucho que anhelara el amor, este no era para él.

Así lo pensó hasta que conoció a Gogol, por muy al principio en donde se llevaron mal, ahora era una relación diferente, se querían, pero se odiaban a veces, las bromas de Gogol lo sacaban de sus casillas, pero también lo hacían reír cuando las dudas sobre su humanidad lo atacaban, cuando el miedo venía y sentía que el mundo se le caía a pedazos, podía contar con Gogol para hacerlo reír.

Por otro lado, Gogol siempre fue un bufón, ser la carta que no tenía valor y se podía convertir en lo que fuera, pero al mismo tiempo no era nadie, sin una personalidad o algo para ser alguien, ya que su labor en el mundo era ser nadie.

Con Sigma, podía ser alguien, algo más que una sonrisa de payaso, hablar con honestidad porque si nadie esperaba nada de Sigma y Gogol más que ser herramientas, podrían comunicarse, crear un algo que los definiera.

Eran dos piezas que no iban a entrar en ningún lado del gran rompecabezas que era el mundo, pero de alguna forma lograban funcionar juntos.

Gogol era el alma gemela de Sigma, o así lo sentía, pero sabía que Gogol tenía otra alma gemela, o bueno algún día la tuvo, tenía su hilo rojo como todos, pero la única diferencia era que este no era brillante como los demás, era casi negro, sin brillo además que parecía que su hilo se estaba destruyendo, eso era para las personas quienes su alma gemela murió, como era el caso de Gogol.
Muchos al perderlo tan pronto preferían la muerte, pero Gogol no, en algún momento Sigma le pregunto sobre eso.

— Es fácil algún día moriré Sigma, en este trabajo las posibilidades de sobrevivir son bajas, aún con mi habilidad... Odio este mundo Sigma, me quito todo y ahora deseo irme, pero no sin antes dañar a este muchacho tanto como me sea posible — fue todo lo que dijo.

Sigma no sabía que hacer o decir cuando escuchaba a Gogol hablar de esa manera, era obvio que su alma gemela debió ser una persona importante en su vida, deseaba destruir el mundo por quitarle a esa persona.

Esos sentimientos jamás podrían ser olvidados y mucho menos se pondrían tener nuevos sentimientos, Sigma era consiente de ello, sabía que el estar con Gogol solo haría sufrir a su corazón, pero esa sonrisa siempre lo hacía romper cualquier promesa que se decía a sí mismo.

Al final siempre terminaba en su beso y hasta veces algo más, nada más para a la mañana siguiente recordar cómo Gogol aún amaba su alma gemela y Sigma era un desahogo en más de un sentido, le podía decir todo y usar a Sigma para darle todo el amor que tenía dentro suyo, uno estancado y adolorido.

En algún momento le pidió más a Gogol.
— ¡Necesito que me des más Gogol!, No puedes solamente venir a mi habitación, besarme, hacerme sentir especial y luego me llames Dimitri... ¡No puedes hacerme esto! — le rogó a su amado en un ataque de celos, sentía que moría como en medio de un beso, de una caricia o hasta la más mínima muestra de cariño en dónde Sigma se sentía seguro y amado, escuchara como llamaban a otro hombre, — Sigma, lo que te doy es todo lo que tengo... Te quiero... Pero amo a Dimitri, no es tu culpa, puedes irte si así lo deseas, porque esto que tenemos lo es todo, ya no tengo nada más para ti... — dijo con tristeza por lastimar a alguien que lo quería tanto, sentía un gran cariño por Gogol, pero Dimitri fue su alma gemela, todo lo que hacía era por su amor a ese hombre y jamás podría existir otra persona que lo hiciera amar de esa forma, no era culpa de Sigma... Es solo que no eran almas gemelas.

Sigma lloraba al recordar esa situación y en algún momento quisieron alejarse, era mejor para el corazón de ambos, pero el amor de Sigma, y la soledad de Gogol podían más, siempre terminaban juntos.

Con Sigma dando todo su amor a Gogol, mientras esté entre besos y caricias, llamaba y le lloraba a Dimitri.

Gogol jamás sería el alma gemela de Sigma, porque él ya perdió la suya.

Sigma ni siquiera tenía un alma para entregarles a alguien.

Tal vez en eso eran iguales, no tenían un alma y aun así amaban como si realmente la tuvieran.

Fav Shipp:  SigLaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora