Fotógrafo y modelo

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Sigma despreciaba a los fotógrafos, odiaba como tenía que saber que estaba haciendo hasta el último instante de su vida, era una locura como pasó de no tener nada a ser una superestrella en tres años, y si bien sabía que los paparazzi eran molestos, nunca pensó que revisarían hasta el más mínimo instante de su vida.

Era un asco, su representante Shibusawa Tatsuhiko decía que era un proceso normal y que tenía que acoplarse rápido al cambio, pero que todo el mundo lo siguiera mientras le preguntaban ¿Qué comió? ¿Tienes un novio? ¿Es cierto que harás este papel? ¿Es verdad que te despidieron por ser una diva?

Cada día era más agotador que el anterior, Sigma no creía poder con toda esa presión, hoy lo habían seguido hasta su casa, y aun cuando era un circuito cerrado los paparazzi entraron, pero logro escaparse para que no supieran cuál era su casa en específico, tendría que mudarse pronto.

***

Sigma llegó a su casa, estaba cansado de tener que tener lentes de cámaras en la cara, pero aun así al poner un pie en su hogar un flash le dio en la cara, por un instante se aterró, pero al ver a Gogol se calmó, — ¡Nikolai! — grito al ver a su novio sonriendo, — Vamos, ¿No te gustan las fotos que te tomo? — preguntó con diversión avergonzando a Sigma, había dos tipos de fotos que su novio le tomaba, las que lo habían vuelto famoso, había Sido una representación de Romeo y Julieta, en dónde Sigma hizo todos los papeles, desde los capuletos, hasta los montescos, como una forma de decir que ambas familias eran iguales, pero aun así las pequeñas diferencia los separaron y llevaron a la muerte de su descendencia, y las otras fotografías que eran un poco más privadas sobre otras actividades que hacían.

— Nikolai estoy muy cansado... — le dijo a su novio quien se acercó, — ¿Los buitres? — preguntó a lo que Sigma asintió, — Amo tus fotos, adoro ser tu modelo, pero no creí que esto pasaría... No sé si puedo con todo — susurro antes de sentir como si fuera a llorar a lo que Gogol tomo su mano, — Puedes dejarlo si de esta modo lo quieres, mis fotos me pagan bien y te cuidaré hasta el punto en que solo tengas que preguntar si te regalaré perlas o diamantes — explicó Gogol a lo que Sigma sonrió, — Quiero seguir actuando, pero no los soporto... Además, que si se enteran de lo nuestro, ¿Cómo dejaría nuestras carreras? — preguntó Sigma, era cierto, al saber que el fotógrafo del momento había usado de modelo a su novio sin experiencia en ese ámbito, nada más haría ver a Sigma como alguien que usaba su cuerpo para avanzar en el mundo, la humillación sería tal que aún saliendo del mundo del espectáculo la gente lo acostaría, además que Gogol podría perder trabajos, muchos fotógrafos usaban personas con las que su relación no era la más profesional, pero una cosa es un secreto a voces y otra es que todo el mundo lo supiera.

Gogol había elegido a Sigma desde antes ser pareja, quería un actor para sus fotos, era difícil conseguir a alguien conocido que no hiciera la misma pose de poner su mano en la cadera, así que tuvo que buscar a nuevos talentos. Shibusawa consiguió el papel en un momento desesperado para Sigma.

Al principio no se llevaron bien, ya que modelar y actuar no es lo mismo, pero ya al final cuando las fotografías terminaron decidieron verse para almorzar, un par de citas y luego de un año de las fotos que hicieron famoso a Sigma, comenzaron a salir, pero no había persona en el mundo la cual creyera esa historia, por muy real que fuera, por lo tanto, tenían que vivir ocultos, tanto hasta que la imagen de Sigma fuera más grande, en dónde la sección de fotos era una parte de su carrera, pero no toda, aun así estaban aún a varios años de eso, por mientras deberían vivir su amor oculto.

Tuve que censurar parte de esto, pero espero algún día poder editarlo a lo que realmente quería.

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