Capítulo 3
Zyanya
Hay solo una forma de definir lo que siento ahora.
Enojo.
A lo largo de mi vida conocí a pocos tipos de personas humanas, la gran mayoría de ellas son parte de un mismo grupo.
Mauhcatlacatl
El mauhcatlacatl es un humano con muy mala puntería, pero bueno huyendo. Justo ahora me encuentro siguiendo su rastro mientras corro por el bosque con los tres lobos a mis espaldas. Por lo que vi, el gran lobo negro no tenía ninguna herida, casi inmediatamente en que me levanté, él también lo hizo. Cuando corrí, él y los otros también corrieron detrás mío.
Aunque ahora los volví a dejar atrás por estar buscando al cobarde. No tengo la menor idea de donde podría estar en medio de este lugar. Porque debo aclarar que ya no estoy en el camino, el aroma del mauhcatlacatl indicaba que corrió por el medio del bosque, alejándose cada vez más del sendero.
El punto de cacería al que quería ir está en dirección contraria a la que está corriendo así que estoy perdiendo tiempo para encontrar que comer.
O tal vez no.
Dejo de correr al ver un rastro de sangre en diferentes puntos. En el tronco de un árbol, en la tierra bajo mis pies descalzos y en las hojas de los arbustos.
El aroma ahora es confuso por la concentración de la sangre. No parece que se haya movido de aquí. A menos que...
No tengo tiempo para prepararme antes del golpe, solo siento el cuerpo humano caer sobre mis hombros, rodear mi cabeza con sus piernas, y tirar hacia atrás su peso, llevándome consigo y causando que ahora sea el quien tenga un arma contra mi piel.
- Es curioso como los monstruos como ustedes se hacen más tontos y débiles cada día. Supongo que mi gente deberá darme al menos una felicitación por haberte capturado, pero pareces demasiado joven, dime niña, ¿cuántos años tienes?
Sin responderle siento su mano recargar contra mi cuello algo filoso que, por su olor y el ardor que está provocando en mi piel, sé que es plata.
Sus rodillas aprisionan mis manos contra mis costados, mientras este se mantiene sentado en mi espalda baja, examinando el arco que queda a su vista.
- Espero que la cuerda del arco no te esté molestando, no me gustaría tener que cortarlo pese a que no lo necesite, pero si te llevo conmigo podré quedármelo.
Se mantiene mirando y tocando mi arco mientras que en su distracción logro estirar mis manos hasta mi muslo. Flexiono un poco mi pierna hasta que toco una de mis flechas envenenadas y la voy jalando hasta que ya no la siento sujeta junto con las otras.
- ¿Que? ¿Ahora no hablan los de tu tipo? Que lastima, esperaba que pudieras pensar más que las chicas de mi hogar, - lo siento moverse sobre mi. -Hagas lo que hagas ten cuidado preciosa, no me gustaría hacerte un corte en la yugular por que tu intentes escapar, pero me pregunto dónde estarán tus amiguitos, oh, tal vez te hayan dejado aquí.
Sus delirios me están hartando pese a que me gustaría no entender su idioma. Los cazadores como el tienden a ser menos habladores y más asesinos.
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Antigua
FantasyElla fue la primera cambiaformas, perdida en el mundo desde bebe ahora no conoce su origen, pero la vida a veces es confusa y la llevará a conocer su historia de maneras que no imagina... _____________________ LIBRO#1 DE LA SAGA CAMBIANTES