La única regla [Kookmin Au]

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— Estoy en entrenamiento.

— Bien eso dura aproximadamente una hora o más derrepente — soltó el rubio.

— ¿Cómo sabes lo que dura? — preguntó el chico mirando a Jimin, quien bajó la cabeza para mirar su celular algo avergonzado — Jimin.

— ¿Si?

— ¿Cómo sabes que mis entrenamientos duran esa cantidad de tiempo?

Jimin suspiró y soltó su teléfono mirando a Jungkook directo a los ojos.

— Cuándo Yerim me molestaba siempre lo hacía después de clases, cuando tenías entrenamiento siempre me tocaba deporte antes de eso y para que Yerim no me molestara me ganaba en las tribunas abajo, era mi lugar seguro.

— Espera ¿porque no solo te ibas a tu casa?

— Porque Yerim tenía a sus secuaces que me atrapaban en los vestidores, no les importaba que fuera el de niños, solo entraban y me hacían un montón de cosas que hasta el día de y hoy no he podido quitármelas de mi cabeza, aunque la que me hacía cosas peores era Yerim — contó el chico quien ahora tocaba su abdomen — no se la verdad que hacía que ella me molestara, jamás le hice nada, no soy el tipo de chico que busca una pelea.

— Nunca la vi haciéndote algo, antes de que te viera conmigo en la cafetería.

— Por que hacía lo imposible para que no la vieras, es muy inteligente.

— Lo es, si lo hubiese visto antes tu no habrías sufrido tanto — se lamentó.

— Esta bien, ahora estoy bien, me has cuidado mucho — le tomó la mano y se miraron por varios segundos hasta que el teléfono de Jungkook sonó avisando de un mensaje recibido.

— Es Yerim — desbloqueo el teléfono — Hola mi vida, solo espero que el entrenamiento este bueno y te aviso que iré a buscarte para ir al cine luego, ya que queda de camino — leyó en voz alta.

— Bien creo que irá en vano.

— Si, no importa la verdad.

— Tengo una idea — el castaño lo mira confundido tratando de entender a que se refiere — tranquilo ya lo entenderás — se levantó tomándole la mano llevándolo a su habitación.

— ¿Jimin?

— Enviemos una foto a tu novia — sonrió coqueto — ¿Tienes algo que ella reconozca?

El castaño se dirigió al cajón donde sacó un reloj y se lo mostró al rubio.

— Este reloj me lo regaló hace mucho y no lo he usado — Jimin lo tomó observándolo.

— Excelente.

— Bien ¿Qué tienes en mente?

— ¿Puedes acostarte por favor? — preguntó, Jungkook asintió y de inmediato se acostó mientras Jimin arreglaba todo.

Puso el teléfono frente al chico encuadrandolo para que no se viera la cara, mientras que Jungkook observaba todo poniéndose nervioso en cuanto Jimin quedó sentado encima de él.

— Actúa natural — susurró el rubio y luego se quitó la polera para después desabrochar su pantalón.

La mirada de Jungkook subió recorriendo lentamente desde el cierre del pantalón hasta el pecho notando unas cicatrices a lo largo de su abdomen, dudando un poco subió la mano derecha para tocar casa una de ellas una un poco más profunda que la otra.

— Te dije que Yerim era la peor — soltó susurrando.

— ¿Pero que carajos le pasa a esta loca? — soltó enojado — esto ya no es una broma, es abuso — gruño haciendo que Jimin se estremeciera.

— P...pues así fue por casi 4 a...años — trató de hablar, pero el toque de Jungkook era caliente, sentía como sus dedos quemaba cada parte que tocaba.

Todo quedó en silencio hasta que ambas respiraciones comenzaron a sonar agitadas, inconscientemente Jungkook posicionó sus manos en la cintura de Jimin acariciándola suavemente.

— Tu piel es muy suave — susurró Jungkook acercándose a Jimin tocando nuevamente sus cicatrices — algún día podre curarte esto, tal vez no de forma física, pero te aseguro que cuando lo haga de lo único que te acordarás es de mi — el interior de Jimin se comprimio y soltó un jadeo suave, acercándose aún más a Jungkook.

La cámara sonó y el flash los separó, Jimin había apretado el botón sacando otra foto.

— Creo — se aclaró la garganta — creo que debería ver la foto — intentó salir pero Jungkook no lo dejo.

— Te soltare con una condición — Jimin asintió — ve a buscar tu teléfono y vuelves a sentarte aquí mismo — apretó su cintura, el chico asintió.

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