❥︎ 𝐓𝐡𝐞 𝐒𝐰𝐞𝐞𝐭𝐧𝐞𝐬𝐬 𝐨𝐟 𝐃𝐚𝐫𝐤𝐕𝐞𝐥𝐯𝐞𝐭 [CRK]

𝑈𝑛 𝑏𝑒𝑠𝑜?❣︎

[¿Quieres uno?]

El cielo comenzó a tornarse carmesí, dando a entender que el sol se estaba ocultando. Red Velvet tomo algunas de sus pertenencias y camino en dirección a la gran torre de caos, su hogar.

En el camión tenía que pasar por un bosque algo peligroso, sabía cómo llegar, el problema era que siempre llegaba cansado o siendo perseguido por una extraña criatura. Solo respiró profundo, suspiró, y siguió su camino a la torre.

Por como iba avanzando, sabía que no le faltaba mucho por llegar, solo tenía que seguir el camino de piedras y llegaría. Seria la primera vez que no le persigue una criatura por todo el camino.

Dio un salto y se esfumó ese pensamiento después de escuchar una hoja crujir. Se escondió lo más rápido que pudo detrás de unos arbustos que estaban a lado suyo, por suerte estos eran tan altos como para ocultarlo del todo. Después de esconderse, pudo escuchar pasos, después unas voces... Y una voz muy familiar.

— Lico... Escucha... Ya me tengo que ir, ¡Mira! Ya está anocheciendo. Por favor, no me puedo quedar más tiempo.

Una voz suave y amable hablo, un chico albino de que vestía mayormente de verde, un sombrero extraño y puntiagudo, y llevaba con el un instrumento similar a una guitarra.

— ¡Arhg! ¡Odio tener tiempo libre en la tarde!— dijo una encapuchado que correspondía al nombre de Licorice.

— puedo venir mañana, no te preocupes.— El contrario se acercó al azabache y tomo su mejilla, provocando que Licorice se sonrojara.

— E...Eh... ¡SI! Mañana... ¡Podremos volver a vernos!

— ¡Y está vez si podrás escuchar mi canción completa! Verdad~- se acercó más a el rostro del contrario.

— Y-YO... E-EH.— Comenzó a entrar en pánico al sentir la respiración del contrario tan cerca.

Red Velvet solo miraba desde lejos la situación. Pero por alguna razón se le hacía desconocida las acciones, jamás vio algo como lo que Licorice estaba haciendo. Sus labios estaban pegados al del albino, y ambos estaban tan rojos como tomates. Era ¿Raro? Algo así, o al menos para el.

Ambos chicos se separaron y tomaron algo de aire. Licorice fue el que más respiraba rápido, pues aún no estaba acostumbrado a ese tipo de situaciones.

— Me tengo que ir Lico... Nos vemos mañana.— El albino se despidió con una sonrisa y se dio la vuelta para retirarse.

— ¡ESPERA! Iré contigo. Este lugar es muy peligroso para ti.— Dijo Licorice para después desparecer entre los árboles del bosque.