Capitulo 3. Conocernos

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T/n.

Miré mi celular y marcaban las tres de la tarde, así que me levanté de la cama y fuí directo a mi closet.

Arrugué la nariz al ver que sería difícil encontrar que ponerme.

Me puse una calza acampanada de color negro, un top del mismo color, unas converse, una camisa blanca y unos accesorios color dorado.

Me dí un último vistazo en el espejo antes de salir de allí e ir al baño. Mi cabello estaba bastante rebelde, así que lo até en una coleta, dejando la raya del medio.

Decidí maquillarme un poco, no sin antes hacer mi rutina de skincare. Corrector, broncer, blush, delineador, máscara de pestañas y gloss.

Una vez lista, faltaban 10 minutos para las 4. Me senté en mi cama para mirar mis redes sociales, hasta que me llegó un mensaje.

Payt: Ya llegué.

Yo: Ya bajo.

Tomé mi bolsa y salí de mi habitación. Bajé las escaleras y fuí directo a la entrada.

Al salir, me encontré con el castaño mirando su celular.

—Hola. —sonreí, cerrando la puerta detrás mío.

El levantó la mirada y me sonrió.

—Hola, te ves bonita. —dijo al observarme.

—Gracias. —sentí como mis mejillas se enrojecían.

—¿Vamos? —dijo y asentí.

Al cruzar la cerca el se apresuró a llegar a su auto y abrirme la puerta del copiloto.

—Gracias. —le sonreí y entré.

Payton dió media vuelta hasta el asiento del piloto.

(....)

Al llegar al Starbucks bajamos del auto y entramos en la cafetería. El olor a café invadió mis fosas nasales y dí pequeños saltitos, como una niña en dulcería.

—¿Qué quieres pedir? —me preguntó riéndo.

—Un Caramel Machiatto frío con un extra de frambuesa. —respondí.

Payton asintió y se acercó a la caja para pedír. Me arrepentí al instante de mi pedido, prefería un Vanilla Latte frío, pero ya era muy tarde para cambiar de opinión. Además, me daba vergüenza.

—Son 12 dólares. —le dijo el cajero.

Payton pagó y el cajero le entregó el recibo. Nos movimos a la fila para retirar las bebidas y lo miré.

—¿Cuánto es lo mío? —le pregunté sacando mi billetera.

—Oh no, no es necesario, yo invito. —el negó con la cabeza.

—¿Cómo crees que voy a dejar que pagues todo tú? No no, dime cuánto es. —insistí.

—Yo invito. —insistió él.

—Payton...

—T/n...

Bufé y guardé mi billetera. Él sonrió orgulloso por su victoria.

Locos enamorados [Reescrita] [Payton Moormeier]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora