𝑸𝒖𝒊́𝒎𝒊𝒄𝒂

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‖ Geto Suguru ‖

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‖ Geto Suguru ‖

¿En que cabeza cabe invitar a una niña de quince casi dieciséis años a fumar? En ninguna claro está, salvo la de Shoko que parece ser la única rara en esto.

—Mejor que aprenda por mi y no por otros— insistía ella con un cigarrillo entre sus labios.

—No.

—Yo aprendí a los quince.

—No.

—¡Vaya! Pero qué difícil eres.

Golpeé ligeramente el cigarrillo con mis dedos retirando las colillas sobrantes, se que Shoko aprendió a esa edad porque aprendimos juntos, solo que Satoru, milagrosamente, fue más inteligente que nosotros y vio esto como una pérdida de tiempo. Hasta entonces la tradición es entre nosotros dos.

Dos. Exactamente.

—¿Por qué no le puedo decir a Kelly que fumamos? Es algo tan natural como beber agua.

—Puedes decirle que lo haces pero no invitarla a hacerlo. E ahí la enorme diferencia de decirlo y hacerlo— explique con falsa paciencia.

—¿Lo que haces?— repitió ella confundida a modo de pregunta— querrás decir lo que hacemos amigo mio.

Y justo ahí se encontraba el enorme problema. Hacemos. Dirigí la mirada al pequeño cigarrillo de nicotina entre mis dedos, siendo honesto, lo último que me gustaría es que ella supiera que lo hago. Creo que... últimamente las cosas van bien entre nosotros.

—Esto funciona con las chicas— mencione refiriéndome al cigarrillo a modo de reflexión— no se porque les parece atractivo y no me había importado... tanto. Pero creo que hay algunas que lo ven distinto, que no les parece atractivo y las aleja.

—¿Te gusta?

Hundí las cejas confundido y dirigí la mirada a mi compañera, expulsó el humo de sus cigarrillo por sus labios manteniendo sus orbes castaños en mi esperando una respuesta.

—Claro que no— bufé y solte el cigarrillo, al tocar el suelo actúe rápido y lo apague con la suela de mi zapato— es una niña, es mi amiga y-y ya, es todo.

—¿Ah si...?

—Es una niña muy dulce, tierna cuando forma mohines y hace berrinches— sonreí al recordar su rostro sonrojado en la mañana, enserió parecía un bebé— las cosas van bien entre nosotros, excepto por los berrinches de Satoru y su rivalidad, no se lo dije a Kelly pero Satoru ya la acepto como una casi-igual porque en su reducido mundo nadie puede ser igual que él. Él es perfecto en su espacio inexistente.

𝐀𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐭𝐢 ‖ 𝑮𝒐𝒋𝒐 𝑺𝒂𝒕𝒐𝒓𝒖, 𝑮𝒆𝒕𝒐 𝑺𝒖𝒈𝒖𝒓𝒖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora