𝑬𝒔𝒕𝒊𝒍𝒐 𝒓𝒐𝒃𝒂𝒅𝒐

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║ Kelly Lisbone ║

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║ Kelly Lisbone ║

Hace un par de días, recuerdo que estaba con mi infiel de melocotón leyendo un libro sobre delfines, donde por cierto aprendí que la respiración de estas bellezas no es un reflejo como en los seres humanos, sino que necesitan respirar a voluntad, aunque el punto no es ese, creo importante recordarlo porque ese si que es un dato mega impresionante. Regresando al punto, es que en ese libro venían lecciones de surf, era un apartado que se titulaba "¿cómo aprender a surfear?" Yo nunca lo había hecho, según Haibara él tampoco, así que como todos unos niños, leímos ese apartado.

Primera lección: práctica en el suelo, para aprender a relacionarte con la tabla.

Segunda lección: la colocación sobre la tabla, debes quedar con las piernas separadas, las rodillas flexionadas y las plantas de los pies completamente planos sobre la tabla con una separación algo más grande que la que hay entre los hombros.

Cómo pueden ver, pareciera ser algo simple, sin embargo, no se cual sea nuestro problema en este momento, si el hecho de que jamás practique o que no esté usando una tabla como tal para surfear. Aunque dudo mucho que mi problema sea lo segundo, porque la espalda del hombre es ancha y yo soy pequeña, de hecho se desliza súper bien.

—¡Lo logre!

—¡¿En serio crees que tú logro es más importante que estar aquí Lisbone?!

—Pues no— admití, intentó mirarme por encima de su hombro pero la cueva que venía a continuación se lo impidió— pero si entro en pánico te quedarás solo Kento.

Al entrar en este dominio innato, nos vimos envueltos en una serie de acontecimientos nada agradables, comenzamos a caer y las parades cada vez se hacían más estrechas o tenían ligeras protuberancias, además de que había demasiadas cuevas por las cuales perderte. Así que mientras caíamos, Nanami dijo que tomará lo que fuera y lo usará para deslizarme sobre las paredes como si fuera una tabla de surf, este tipo que momentos atrás arruinó nuestra comida me pareció una opción viable para surfear.

—Que fantástico día libre, como lo amo.

—No sirves de motivación.

—¡No te estoy motivando!— exclamé molesta— ¡es sarcasmo!

Estuve a punto de perder el equilibrio en una protuberancia, el hombre gruñó pero deje de escucharlo cuando por el salto mi pie quedó en su nuca, seguí a Nanami y baje de mi tabla con un gran salto tal y como el rubio lo había hecho, no entiendo porque se detuvo pero de igual forma lo agradezco.

Genial.

No, miento... ¡Fantástico!

—Y ahora debemos buscar a la maldición que expandió este dominio innato... ¿a que le atine?

Nanami examinó todo el lugar con absoluta calma, no se como él puede estar tan calmado en este lugar que parece el interior del estomago de Satoru, todo lleno de grasa y dulces y asquerosidades. Nada de esto estaría pasando si el dúo dinámico hubiera hecho bien su trabajo.

𝐀𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐭𝐢 ‖ 𝑮𝒐𝒋𝒐 𝑺𝒂𝒕𝒐𝒓𝒖, 𝑮𝒆𝒕𝒐 𝑺𝒖𝒈𝒖𝒓𝒖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora