CAPÍTULO 7: LAS HERRAMINETAS DE ELLOS

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CAPÍTULO 7: LAS HERRAMIENTAS DE ELLOS.

"De nada le sirve al hombre lamentarse de los tiempos en que vive; pero siempre le es posible mejorarlos."

- Thomas Carlyle





La luz que emanaba de la ventana, me despertó de sopetón, al mirar de un lado al otro, me percaté, que me encontraba sola en el almacén. Pude escuchar voces prominentes de arriba, sin más me despegué de la sabana que apenas tapaba mi cuerpo entero y me encaminé a el encuentro de alguien. Al abrir la puerta que separaba el almacén de la tienda, divisé a mis abuelos, Mason y Coleta rodeando una radio, mientras que Mason maniobraba en ella, todos lograron captar mi presencia, la abuela se acercó a mí y pasó su brazo sobre mi hombro.

- ¿Cómo dormiste?- preguntó ella – come algo.

Me extendió una manzana, de la cual agarré sin vacilar y le di una mordida. Me senté en un banquito de madera, que estaba cerca de la radio.

-Bien. Le dije

La abuela me sonrió, para después retirarse hacia el almacén. Coleta que estaba a lado mío, me mostró una bolsa de papas, arqueó las cejas chistosa mientras me movía la bolsa, para que después me la tirara hacia mí, la acaché sin más y la abrí, dejando la manzana, Coleta me guiñó el ojo y yo le sonreí.

Una voz me hizo saltar, provenía de la radio y automáticamente todos, hasta mi abuela se dirigieron hacia la radio. Mason quitó las manos del radio y pegó el oído, luego subió el volumen.

Una voz femenina se escuchaba al otro lado de la línea.

- Atención, a todos los ciudadanos les pedimos que permanezcan donde están – decía la mujer que se notaba el nerviosismo en sus palabras – Nos han llegados informes de que al parecer esto se está expandiendo en toda américa. Les pedimos que se mantengan alejados de las personas que presenten síntomas como la fiebre, sudor y perdida de vista, estos han sido los síntomas que se han detectado, al parecer esto es consecuencia de la cura "Portadora" que se salió de control y se prolongó como un virus, haciendo que las personas mueran para que minutos después despierten. Aun no se sabe mucho, pero lo que si hay que aclarar, es que esto es muy peligroso, y tiene que mantenerse alejado de esas cosas, porque esas cosas solo buscan hacerle daño.

La señal se calló, dejándonos a todos pasmados con aquellas palabras pronunciadas.

-Tiene que parar. Dijo Mason un tanto conmocionado

Coleta negó con la cabeza.

- No podemos hacer nada, es la naturaleza. Sentenció ella

Mason arrugó los ojos, buscando el punto de su compañera.

-No es la naturaleza Col, es la maldita idiotez de los humanos. Dijo Mason ahora con el ceño fruncido

-Tienes razón, todo los desastres que se han provocado en este mundo, han sido los humanos. La voz del abuelo le siguió a Mason.

Tanto la abuela como yo, nos quedamos sorprendidas por tal comentario. Pero dentro de mí, le daba la razón al abuelo e igualmente a Mason.

-Si pero no podemos hacer nada al respecto. Dijo Coleta cruzada de brazos.

Mason se enderezó de donde estaba sentado alzando los brazos.

El Último de Todos (sin editar)|Pausada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora