CAPÍTULO 5: LA VECINA ME SALVA CON UN PARAGUAS

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CAPÍTULO 5: LA VECINA ME SALVA CON SU PARAGUAS.

Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo".


- Apocalipsis 3:20.





Las manos de mi abuela, apretaron mi hombro, tenía miedo, al igual que yo.

El abuelo se incorporó y apresuró su mirada al vacío de afuera, no se escuchaba nada. Emett se enderezó del sillón, aun con la gota gorda y el dolor, sus ojos estaban con fuerzas.

-Iba caminando, cuando me topé con un grupo de esas cosas, me trataron de morder- Dijo el, viendo al abuelo - corrí como pude, me siguieron y creo que se dirigen hacia aquí.

El abuelo miró al hombre y luego a nosotras.

- no queda tiempo, es un grupo grande. Dijo Emett ladeando la cabeza

- hay que irnos. Dijo el abuelo

La abuela abrió sus ojos y su iris se movía de un lado al otro.

- ¿irnos?- dijo alterada - que tal si ellos regre...

- ¡No Greta! Ellos no pueden regresar. Le interrumpió el abuelo alzando la voz

La abuela abrió la boca para protestar, pero al fin de cuentas calló. Pienso en mis padres, en la casa y en la fotografía que deje, ¿ y si no vuelven? ¿ y si esto se vuelven mucho más peor de lo que me imaginaba?

Fotografía.

Familia.

Las criaturas.

Esas palabras rondaron en mi cabeza unos segundos, hasta que un sonido estruendoso nos hizo temblar a todos, el abuelo se enfiló a la ventana y regresó a nosotras con su cara sudorosa.

- están aquí. El abuelo dijo sin más


La abuela me agarro de mi prenda y pude sentir como sus manos sudaban.

- y si nos vamos ¿a dónde iríamos?- repiqueteo la abuela.

El abuelo miro al pobre hombre, luego a la ventana y luego a mi abuela.

- Donde sea seguro. Dijo él abuelo

La abuela lo miró sin creer sus palabras, pero después pude ver como asentía débil mente.

- muy bien - dijo el abuelo echándonos una mirada rápida a cada uno - prepárense para salir.


Nos quedamos unos segundos parados, sin decir nada, pero luego los ruidos de esas cosas nos aminoraron el tiempo y nos llevaron a lo que estaba aconteciendo estos momentos.

- Ginn ve por tus cosas, busca una bolsa y empaca nuestra ropa, unas cuantas mudas, no sabemos cuándo volveremos- me decía el abuelo - Greta junta la comida, cosas útiles .


La abuela y yo fuimos directo a lo pedido. Subí a las escaleras y jalé mi mochila, guardé las fotos que había rescatado y luego me puse mi suéter de mezclilla. Como me había dicho el abuelo les metí un par de mudas a ellos. Al bajar la abuela ya tenía una despensa de comida en una bolsa, el abuelo aseguraba la puerta y Emett jadeaba, el ruido se prolongaba.

El Último de Todos (sin editar)|Pausada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora