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   Licha logró conseguir salir de la puerta trasera de la casa, esta daba a paso a un patio bastante amplio, no había casi nadie, pero que presintió miradas sobre él, las sintió. Miró en dirección a Cuti quién seguía caminando,  Lisandro no podía dejarlo ir así, menos en su estado de embriaguez.
   Pero a estas alturas, al cordobés se le olvidó que estaba borracho, todo el alcohol cargado en su sistema, había desaparecido sorpresivamente.

   Se sintió ignorado al ver que lo llamaba y este seguía sin voltear, pero por un momento lo paró.

   —Cristian pelotudo, pará, me duelen las piernas boludo —Logró tomarlo de su antebrazo, pero su rostro no parecía querer darse vuelta para mirarlo.

    Todo lo contrario, no quería enojarse, pero tenía miles de preguntas bagar por su mente, que necesitaba resolverlas ahora.

    —Mirame Cristian —Frunció el seño— ¿Estas enojado?

    Suspiró pesadamente, su cuerpo se volteó, sintiendose arder por dentro al tener que verse obligado a ver el rostro de Lisandro.

   Sabía que no lo hacía aproposito, pero, sus gestos, su cuerpo,  todo, cobraba vida ante las preguntas que le hicieron Leandro y Lautaro.

    Quería alejarse de ese sentimiento, no, él no puede pensar eso, no es gay, no le van ese tipo de cosas, y le da asco internamente.

    Gruñó en sus adentros, aún no puede sacar de su mente la imagen del rubio sonreirle al desconocido que estaba sirviendole un simple trago.

    La calentura que venía arrastrando hace rato de querer envolverse con una mujer se le fueron, todo por culpa de sus amigos de querer hacerle ese tipo de preguntas, no podía ver a licha igual.

    —¿Y? ¿Me vas a decir que te pasa?

    —No, no sé porque me perseguís, cosa mía.

    Los labios de Lisandro se curvan en una línea recta ante la respuesta de Cristian, algo no le cuadra y no sabe porque le da tanta importancia el querer saber que le pasa.

    Además, es raro que no quiera decirle, después de todo es su mejor amigo y siempre estuvo ahí y se conocían de piez a cabeza.

    Pero, ¿No decirle que le pasaba? Claramente había algo raro metido ahí. A Lisandro le chupaba tres huevos tener que preguntar trescientas veces si se veía obligado, porque quiere saber, algo dentro suyo no esta tranquilo.

    —¿Para que salís entonces? —Esperó  respuesta inmediata, pero cuti parecia pensar cada vez que quería hablar. Rarísimo, pensó.

    —Ya te dije que nada.

    Su voz sale seca y tensa, lo suficiente cómo para cansar la paciencia que tiene Lisandro. Su mente repite varias veces que debe de dejarlo, pero, no quiere volver adentro, está claro que no conoce a nadie, y para quedarse sólo tomando un copón de coca no le convencia tampoco.

    Algo dentro suyo se iluminó. —¿Querés ir a un mac?

    Se robó de inmediato la atención del morocho, que fingió una sonrisa ante la petición. Licha miró a ambos costados pensando en que estaba mal en él.

    Pero el mundo parece querer darle vueltas, los pies de Cristian se acercan con hambre hacia la figura poco mas  baja que él.

    Sus miradas se conectan, los ojos oscuros del cordobés parecen verdaderamente molestos.

    —¿Qué planeas? —Su mano bruscamente se posó en su hombro ejerciendo bastante presión, asustando al rubio.

    —¿Cuántos jarros de fernet te tomaste? —Culpó al alcohol por la conducta inesperada de cuti, ni entiende lo que pasa, y es la primera vez que se pone tenso ante la poca distancia que ambos comparten.

〃PORQUE NO SÉ SI ME GUSTAS 〃 CUTI X LICHA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora