En los baños del restaurante, João estaba apoyado en el lava manos, con las piernas separadas y los pantalones hasta los tobillos. Era muy arriesgado, pero a ninguno de los dos le importa.
Fernández pasaba la lengua por sobre la tela chorreada con semen, también por su libido ahora dormido, limpiando todo rastro de lo ocurrido en la mesa. Estaba de rodillas frente a sus piernas, bien a su disposición, sin chistar mientras sus labios tocaban la delicada piel de su miembro, João, como compensación, le acariciaba el pelo, tratándolo bien para compensar su brutalidad en su anterior encuentro.
──Que bom filho eu tenho, tão bom só para mim. ──Trazó de forma delicada, como si el argentino se fuera a romper, el dibujo del tatuaje justo detrás de la oreja, bajando sus dedos hasta su cuello, donde probablemente usó algún tipo de maquillaje para ocultar la marca de su mano. El arrepentimiento se instaló en su estómago, como algo pesado, pero si Enzo estaba delante suyo haciéndole un trabajo bucal, significa que algo de eso le habrá gustado.
La lengua caliente hizo contacto con su delicada punta, se estremeció de pies a cabeza. Fernández sabía lo qué hacía y Félix no se iba a quejar.
──Deberíamos parar, puede que nos busquen, ¿no te parece? ── Una de sus manos fue directo a sus bolas, primero fue un toque juguetón para burlarse de él, después ya empezó a trabajarlas con sus manos, João tiró la cabeza para atrás mientras jadeaba. ──Se preguntarán el porqué nos fuimos algo rápido al baño, me van a encontrar de rodillas delante tuyo y vos no vas a saber donde meterte... ── Besó la roja punta de su pene, deslizando su lengua hasta la base del falo y después morder suavemente su frágil miembro.
──Ni se te ocurra parar. ── Enredó sus dedos en su cabello con la mano derecha sin hacer fuerza o jalar, con la izquierda le obligó a abrir la boca. ──Quiero que esa boca charlatana se ponga a trabajar, ¿si?, no hagas que me enoje. ── Le soltó el rostro, pero sabe que tal vez encendió algo dentro del menor.
Un destello brilló en esos ojos llenos de todo menos de buenas intenciones, eso fue su confirmación de que no se equivocaba. ──Oh, sí, no queremos que el hombre malo se enoje, sigo teniendo las marcas de la última vez que te hice enojar... por algo que no hice. ── La burla se transformó en veneno puro a lo último.
──Pues ahora sí te lo estás buscado. ── El tono era serio pero no severo, una parte suya quería estar más tranquilo, mientras que la otra quería ver a Enzo temblando nuevamente bajo su toque y únicamente por él.
──Uhm... ¿vos decís? ── Con su mano empezó a masturbarlo, sin dejar de atender a sus bolas, el movimiento iba a ritmo y Fernández tenía una sonrisa de superioridad cuando lo escuchó gemir, su ego se sintió herido. ──Porque para mí, vos no te mereces un pete mío, ni siquiera que te haga una paja. Me usaste como trapo viejo y me dejaste por ahí tirado...
Debía disculparse, pero sería ceder su postura de poder y control sobre Fernández, probablemente eso lo tenga super insoportable fuera de todo el ámbito sexual. Porque a Enzo le encanta sacarlo de sus casillas con tan poco que parece un mal chiste o una exageración, a pesar de que son amigos, João suele cansarse de ser el payaso del argentino. Así que, si le pedía perdón, esto se va a multiplicar y, tiene la sospecha, que podría hacer referencia a esto en toda ocasión que Félix tenga para quejarse de su actitud.
Así que, no, no piensa en pedirle perdón.
──No te hagas el santo, meu precioso filho, los dos sabemos que eres todo menos una víctima. ── Le acarició la mejilla izquierda, pasando el pulgar por sus labios, brillosos por la saliva. ──Si te pusiste tan duro cuando te tuve contra la pared, ¿recuerdas? ── Fue su turno de presionar un pie contra la entrepierna ajena, Enzo soltó un gritito ahogado. ──Si me rogaste por más y todo, ¿no te acuerdas?
Esto no era sexo, eso ambos lo sabían, era un juego de poder entre los dos, Enzo probablemente tenía el ego herido por el asunto del baño, porque el portugués lo hizo temblar, lo hizo llegar al orgasmo y decir cosas que nunca hizo con Álvarez solo para tenerlo contento. João lo pisoteo únicamente por celos y eso, obviamente, lo lastimó... pero a la vez le encantó, le fascinó. Porque si no, estaría cenando con los otros chicos del club.
Y a João le gustaba la idea de llevar de la correa a Fernández, era un chico muy poco domesticado, no sólo por su respectiva novia - y su vida de padre de familia no lo calma tampoco -, sus compañeros de selección y de sus antiguos clubes probablemente también tuvieron conflictos por dicha actitud. Al ser el mayor de los dos, debe tomar cartas en el asunto, fue mimado hasta el hartazgo por todos a su alrededor, pero Félix no lo hará, si tiene que romper su espíritu para que se comporte, él lo debe hacer.
También, le da cierta ventaja sobre ese otro argentino que no parpadea.
──Chupa. ── Fue firme, con vos demandante y presionando más su pie contra la creciente erección de Fernández.
──S-sí, lo haré...
──¿"Sí" qué, coração?
Abrió la boca, pero se tragó lo primero que iba a decir. ──Sí... señor.
──¿Ves lo fácil qué es ser bueno con tus mayores? te llevas un premio. ── Su agarre en su pelo se volvió duro cundo, de una, Enzo metió todo su falo en su boca, hubo el reflejo de vómito, pero no sucedió, por suerte. ──Eso es... buen chico...
Para la vuelta de los dos a ala mesa, los dos tenían la tensión desaparecida, volvieron a hablar como solían hacerlo, bueno, Enzo habló y João respondía ciertas cosas. Pero, ambos sabían que ahora su relación era muy diferente a la que solía ser.
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insuportável | Fernández × Félix
Fanfiction。・:*:・゚★。・:*:・゚☆donde João está harto de que Enzo hable hasta por los codos, la gota que rebalsó el vaso fue en medio de una conversación donde el argentino mencionó constantemente a su amigo, Julián Álvarez, y eso ya fue suficiente.